Este 1 de mayo se cumplen 26 años del trágico accidente que apagó la vida de uno de los pilotos más exitosos de la historia de la Fórmula 1, Ayrton Senna da Silva. Aquel fin de semana del Gran Premio de San Marino de 1994 es considerado por muchos como uno de los más tristes de la categoría madre del automovilismo.
Aquella temporada no había sido la mejor para el brasileño, quien había dejado la escudería McLaren para fichar por Williams. A pesar de que había logrado la pole position en los Grandes Premios de Brasil y Japón, no pudo terminar las carreras. Senna llegó a San Marino, el tercer GP de la temporada, sin ningún punto y con la obligación de llegar al podio.
Sin embargo, todo empezó mal. El viernes 29 de abril, el piloto brasileño Rubens Barrichello sufrió un aparatoso accidente. Su vehículo tocó un piano y voló contra la barrera de contención; afortunadamente, no sufrió heridas de gravedad.
No obstante, todo iría empeorando. Un día después, en la jornada de clasificación, el vehículo de Roland Ratzenberger se salió de la pista y chocó fuertemente. El austriaco falleció pocos minutos después de ser llevado en helicóptero al hospital.
El panorama no era nada alentador para Ayrton Senna. A eso se suma que el tres veces campeón del mundo no se sentía cómodo con su auto, el FW16. En la revista ICON, del diario El País de España, se recoge la declaración del periodista especializado en Fórmula 1, Rafa Payá, quien aseguró: «Él nunca lo confesó públicamente, pero se decía que el coche que conducía en Williams tenía ayudas electrónicas que no estaban permitidas en las carreras».
En ese mismo artículo se citan varios pasajes del libro “La última noche de Ayrton Senna”, del periodista italiano Giorgio Turruzzi. «No puedo conducir, todo está rígido, el coche salta a cada momento. Parece una silla eléctrica», recoge el libro. Según se dice, el piloto se encontraba nervioso por todo lo ocurrido. «Él era muy tranquilo, antes de correr siempre se sentaba en el coche a leer la Biblia. Pero ese fin de semana estaba inquieto y no quería correr», señaló el especialista.
Turrizzi afirmó para la revista ICON que Ayrton Senna incluso no quería competir en la carrera del domingo. En su libro también se señala que el brasileño le pidió al jefe de Williams que solicitara la anulación de la carrera.
Sid Watkins, doctor que había atendido a Barrichello y a Ratzenberger, escribió el libro “Life at the limit: triumph and tragedy in Formula One”, o La vida al límite: triunfo y tragedia en la Fórmula 1. Ahí contó que recibió a Senna luego del trágico accidente del austriaco y le dio un consejo que cita el libro La última noche de Ayrton Senna: “Ayrton, déjalo, no corras mañana, hay muchas otras cosas en la vida. Has ganado tres mundiales, eres el mejor piloto del mundo. No tienes necesidad de arriesgar ahora. Vámonos de aquí, vamos a pescar». El brasileño se quedó en silencio y un momento después respondió: “Hay cosas que escapan a nuestro control. Necesito continuar».
El día de la carrera, el domingo 1 de mayo, Senna se encontraba exhausto, no había podido descansar por lo ocurrido. Llegó a la pista pasadas las 8 am y buscaba reunirse con el expiloto Niki Lauda, pidió reencontrarse una semana después para hablar de las medidas de seguridad para las carreras. Ya en el auto, Senna dedicó unas palabras a su rival, el francés Alain Prost, quien se había retirado un año antes de la Fórmula 1.
Al terminar los calentamientos, Senna se dirigió a los periodistas y dijo: «La Fórmula 1 no volverá a ser la misma después de este fin de semana». La carrera comenzó con un accidente, por lo que el vehículo de emergencia no tardó en ingresar a la pista. El auto iba más lento que los monoplazas y esto solo aumentó las ansias de Senna por poder avanzar.
La tragedia no tardó en llegar. La carrera se reanudó en la vuelta 6 y en la vuelta 7 su auto no logró tomar la curva de Tamburello, por lo que continúo en línea recta e impactó contra una pared de cemento a más de 200 km/h. La rueda delantera derecha se desprendió y golpeó su casco. Además de ello, el brazo derecho de la suspensión delantera salió disparado hacia su cabeza y le atravesó justo por debajo de su visera.
La atención médica no tardó en llegar. Lo sacaron del auto, le practicaron una traqueotomía y lo embarcaron en un helicóptero hacia el hospital Maggiore de Bolonia, en donde permaneció con coma inducido por varias horas. Poco tiempo después, murió con tan solo 34 años de edad.
En su libro, el doctor Watkins, quien atendió en el lugar al brasileño, citó: «Suspiró profundamente. Tenía la cara tranquila. Parecía dormido. Mientras estaba socorriéndolo noté una sensación extraña, como si su alma abandonara».
Su muerte conmocionó a todo el mundo. El Gobierno brasileño decretó 3 días de luto y ordenó un entierro con honores de Estado. En ese año se esperaba que Senna consiguiera su cuarto título mundial, al igual que la Selección Brasileña de Fútbol. Cuando el torneo culminó y los cariocas se proclamaron campeones, le rindieron un homenaje al piloto de la Fórmula 1.
Hasta el día de hoy, después de 26 años de este trágico hecho, su figura todavía es recordada. Muchos nos preguntamos ¿cuántos títulos más pudo haber conseguido? Sin duda, Senna se convirtió en una leyenda y sirvió de inspiración para muchos pilotos.