El transporte comercial en Ecuador está atravesando una serie de desafíos que están afectando su desempeño. Entre las principales causas se encuentran la falta de seguridad en los recorridos, el mal estado de muchas vías, y los elevados costos de repuestos e insumos como llantas, lubricantes y baterías.
Además, existe una falta de voluntad política por parte del gobierno para aplicar el piso tarifario aprobado en la nueva Ley de Tránsito, argumentando la necesidad de un reglamento que aún no se ha desarrollado.
Uno de los principales problemas es la antigüedad del parque automotor comercial en Ecuador. Según Luis Felipe Vizcaíno, presidente de la Federación Nacional de Transporte Pesado (Fenatrape), aproximadamente 250.000 camiones circulan en el país, de los cuales al menos 100.000 deberían ser retirados de circulación debido a su avanzada edad.
Vizcaíno destaca que la Federación ha realizado un estudio técnico durante tres años para impulsar un plan de chatarrización y renovación vehicular similar al que ha tenido éxito en Colombia y otros países. A pesar de presentar propuestas, incluido la creación de un fondo de fideicomiso para este fin, no ha logrado recibir la aprobación gubernamental para su implementación.
La implementación de un programa adecuado de chatarrización permitiría sustituir progresivamente los vehículos antiguos por unidades nuevas con motores eficientes y tecnológicamente avanzados, lo que reduciría el consumo de combustible y otros insumos.
A pesar de estos desafíos, el sector del transporte pesado en Ecuador sigue contribuyendo significativamente a la economía, representando aproximadamente el 3.5% del Producto Interno Bruto del país. Es crucial que se tomen medidas para abordar estos problemas y apoyar la modernización y eficiencia del sector del transporte comercial en Ecuador.