El Audi R8 de próxima generación todavía está en la fase inicial de desarrollo, esa en la que se decide qué tipo de coche será. Hace unos meses supimos que el grupo Volkswagen quería que fuese eléctrico, mientras que Audi Sport peleaba por conservar el V10. Finalmente, parece que ambos han llegado a un compromiso y el próximo R8 será con casi total certeza un coche híbrido.
Oliver Hoffman, director de Audi Sport, ha explicado por qué es muy probable que la tercera generación del deportivo R8 sea un híbrido. De entrada, la primera buena notica es que habrá una tercera generación de R8, lo cual, habida cuenta de los recursos que exige la electrificación a marchas forzadas de las marcas del grupo VAG y que las ventas de esta segunda generación no fueron las esperadas, no estaba tan claro.
De hecho, la arquitectura y la motorización de este futuro R8 no están aún fijados. Sin embargo, Hoffman explicó que el R8 es tanto un coche de calle como de competición cliente. Y por tanto deberá cumplir tanto con las normas de homologación de un coche de calle (y por tanto contribuir a reducir la media de emisiones de CO₂ de Audi) como con las prioridades que exige un coche de competición.
Y es que ante las ventas en media tinta del actual Audi R8 (de unas 1.200 unidades al año de media en Europa), Audi decidió apostar por la versión competición cliente, es decir, los R8 GT 3, GT 4 y LMS GT2. Estos modelos utilizan más del 50 % de piezas comunes al R8 de calle y han participado en más de 700 carreras el año pasado. Y Hoffman sugiere en esa entrevista que la marca no quiere perder esa clientela.
Así, la tercera generación de R8 no podría ser eléctrica. La arquitectura y el espacio que ocuparía la batería no serían compatibles con una versión de carreras con motor de combsutión y en la que el menor peso posibles es primordial. Sin embargo sí que podría ser híbrida, pues será más fácil eliminar los elementos de la hibirdación de cara a la competición.
Tecnología híbrida de Lamborghini
¿Qué tipo de hibridación? Todo es posible, desde una microhibridación hasta un híbrido enchufable. Una de las posibles soluciones -y quizá la más probable- es que Audi utilice el sistema e-motor de Lamborghini (marca de la que es dueña Audi) y que vimos en el Lamborghini Sián. Se trata de un sistema compuesto por un motor eléctrico integrado a la caja de cambios -que en el caso del Sián proporciona 34 CV- y un supercondensador para almacenar la electricidad.
Suena a microhíbrido, pero es algo más. Por una parte, el motor eléctrico por si solo es capaz de mover el coche en situaciones de baja velocidad. Y por otra parte, el supercondensador es tres veces más potente que una celda del mismo peso y tres veces más ligero que una batería con la misma potencia, según Lamborghini.
Es un sistema que casaría con la necesidad de reducción de CO₂ en zonas urbanas en el caso del R8 de calle y de contención de peso y volumen de batería para el R8 de carreras. Es más, es un sistema que con toda probabilidad veremos en la siguiente generación de Lamborghini V10 para que ese modelo pueda conservar el motor atmosférico, una de las señas de identidad de la marca.
Desde el Lamborghini Gallardo, los modelos V10 de la marca italiana y el R8 comparten plataforma y numerosos elementos más para reducir costes. No hay razón para que eso cambie con la tercera generación del R8. Quizá el R8 se haga eléctrico con la cuarta generación y podamos ver circular un diseño inspirado en el magnífico Audi PB18 e-tron Concept.