En una velada exclusiva que tuvo lugar hace poco, Mazda, en colaboración con Diners Club, presentó sus más recientes modelos en un evento singular: Mazda Signature Night. Esta experiencia va más allá de la simple exhibición automotriz, ofreciendo a los invitados una inmersión sensorial en la esencia del diseño japonés y permitiéndoles vivir en primera persona lo que significa ser parte de la familia Mazda.
Mazda no solo fabrica automóviles; crea experiencias al volante. En el corazón de Signature Night, los asistentes experimentaron la cálida hospitalidad japonesa, conocida como Omotenashi, y la precisión artesanal que se refleja en cada uno de sus vehículos.
La noche estuvo marcada por una exquisita gastronomía de autor, variadas expresiones culturales niponas y un ambiente de auténtico refinamiento, que encarnó la filosofía de Mazda: un profundo respeto por el detalle, innovación con propósito y un firme compromiso con la experiencia humana.
Los invitados tuvieron la oportunidad de conocer en detalle tres modelos destacados, que representan el alma de la marca:
Mazda CX-90
– Motor 3.3L Turbo e-SKYACTIV G.
– Tecnología M Hybrid Boost.
– Tracción i-ACTIV AWD.
– Pantalla de 12.3” con Apple CarPlay™️ y Android Auto™️.
– Sistema de sonido premium BOSE®️ con 12 parlantes.
– 6 airbags y monitoreo de punto ciego.
Mazda CX-60
– Motor 2.5L e-SKYACTIV G.
– Tracción integral AWD.
– Asistente de mantenimiento de carril.
– Head-up display a color.
– Cámara de 360° y pantalla de 12.3”.
– Acabados interiores de cuero napa y detalles tipo madera.
Mazda CX-5 Touring 2.0L
– Pantalla táctil de 10.25” con Mazda Connect.
– Faros LED automáticos y sensores de reversa.
– Control dinámico de estabilidad y tracción.
– Sistema G-Vectoring Control Plus.
– Cámara de retro y asistente en pendientes.
Cada línea y superficie de estos modelos refleja el alma del Kodo Design, la filosofía de diseño de Mazda que captura el movimiento, incluso en reposo. A su vez, cada experiencia de conducción está concebida bajo el principio de Jinba Ittai, que simboliza la perfecta conexión entre el conductor y su vehículo, similar a la relación entre jinete y caballo.
