En Koenigsegg siempre se han caracterizado por hacer las cosas muy a su manera. La pequeña factoría sueca liderada por Christian von Koenigsegg tiene ya una reputación consolidada sobre planteamientos distintos, innovadores y sorprendentes.
Entre tanto Koenigsegg prefiere seguir explorando un camino propio, y aunque recientemente ha presentado el Koenigsegg Gemera como su primer, sorprendente y espectacular vehículo de cuatro plazas (con 1.724 CV de potencia), siguen dando la espalda a los SUV.
Para Christian von Koenigsegg diseñar, producir y fabricar un SUV representa un proceso contradictorio, pues «sería como un oxímoron, crear un coche que sabes que funcionará mal para luego tener que arreglarlo» según comentó a Misha Charoudin recientemente.
Las palabras del capo sueco señalan directamente a las características intrínsecas a la morfología de los SUV: coches más pesados, más altos y con mayores inercias además de una aerodinámica peor que chocarían de pleno con los preceptos de dinámica deportiva por los que trabajan día a día en Koenigsegg.
En cambio lo que Christian von Koenigsegg no rechaza es la idea de crear un todoterreno. Claro está que no sería uno cualquiera, sino uno destinado a una conducción de muy altas prestaciones y con un enfoque radical.
«Podría ser un coche al estilo de Mad Max con el que pilotar en las dunas y hacer algún tramo por carretera si es necesario», apuntó von Koenigsegg.