El ataque no implicaba en un primer momento que se fuera a paralizar ni de lejos el suministro de crudo saudí, pues hay 188 millones de barriles almacenados además de otro importante stock en Estados Unidos: su Reserva Estratégica de Petróleo, un ‘valium’ para los inversores.
Y es que Arabia Saudí es el primer productor de petróleo dentro de la OPEP con 9,8 millones de barriles diarios y, a su vez, el segundo productor mundial de petróleo solo superado por Estados Unidos que alcanza los 12 millones de barriles por día.
Después de que el ministro de Energía de Arabia Saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, comunicara que los suministros de petróleo del país han regresado a los niveles anteriores al ataque, los inversores se han relajado y el precio del petróleo ha bajado un 14,6 %.
Para hacernos una idea de lo que supuso el ataque a la refinería saudí -una subida del precio del 20 %-, en los tres últimos meses la mayor subida en una jornada fue de menos del 4 %, según datos de El País.
Son buenas noticias, pues los malos augurios de que el barril de Brent pudiera alcanzar los 100 dólares no va a tener lugar de momento.
La compañía estatal Aramco, que fue objeto de los ataques de rebeldes hutíes del Yemen, asegura que pudo controlar los daños y compensar la disminución de la producción, por lo que no se van a producir disminuciones en las exportaciones.
Ahora la Casa Blanca espera las conclusiones de su socio para actuar, pero a Donald Trump no le convence la versión de las milicias yemeníes, y apunta directamente a Irán, que lo niega.
¿Cómo afecta esto al consumidor?
Aunque ayer el precio del crudo volvió a relajarse hasta los 64 dólares por barril, la tensa situación ha sacudido el mercado y afectará en cierta forma al precio del combustible y al sector de las aerolíneas.
Como el petróleo supone solo una tercera parte del coste final de la gasolina y el gasóleo (el resto son costes de distribución e impuestos), una subida del 20 % del precio del barril no se puede traducir en una subida equivalente en el litro de combustible.
Así que habrá que esperar unas semanas para ver los efectos de este conflicto internacional en las gasolineras, pues juegan muchos más factores que influyen en su precio. Uno fundamental es el PIB: una desaceleración económica hacer prever a los inversores menor consumo de crudo.
Por lo tanto, mientras las tensiones no escalen, países altamente dependientes de la importación de productos petrolíferos como es España, que importa un 12% de su crudo de Arabia Saudí, podrán seguir respirando, pero está claro que las negociaciones entre Estados Unidos e Irán están rotas.
Fuente: www.motorpasion.com