Un Cayenne remolcó un Airbus 380 de 285 toneladas durante 42 metros en el aeropuerto Charles de Gaulle de París, con lo cual estableció un nuevo récord Guinness al convertirse en el vehículo de producción en serie que arrastra al avión más pesado.
El deportivo de cuatro puertas, conducido por el técnico de Porsche Gran Bretaña Richard Payne, arrastró el avión de Air France, que es 115 toneladas más pesado que la aeronave con la que fue establecido el récord anterior. Puede ver un video de la hazaña en la sala de prensa de Porsche: https://newsroom.porsche.com/en/products/porsche-airfrance-new-guinness-world-records-title-13674.html
Para este Proyecto la aerolínea francesa dedicó su más moderno hangar y uno de los 10 aviones A380 de su flota. El hangar de 60.000 metros cuadrados, lo suficientemente grande como para albergar más de 3.000 ejemplares del Cayenne (o un avión muy grande), fue diseñado específicamente para albergar el Airbus A380 de Air France y es habitualmente el hogar de toda la actividad de ingeniería y mantenimiento de la empresa. El contraste entre las dos máquinas fue sorprendente. El Porsche Cayenne (de 4,8 metros de longitud) estaba conectado con el avión de pasajeros más sofisticado y más grande del mundo, el Airbus A380 (73 metros) a través de un accesorio de remolque especial que fue instalado en la barra de remolque estándar del Cayenne.
Payne: “Nuestros autos pueden ir un poco más allá de lo que nuestros clientes imaginan”
El récord Guinness fue establecido con un Cayenne S Diesel, cuyo motor V6 de 4.1 litros entrega 385 caballos de potencia y un impresionante par motor de 850 Nm. El ejercicio fue repetido después utilizando un Porsche Cayenne Turbo S (motor V8 de 4.8 litros, 570 hp y 800 Nm de par).
“Lo hizo –¡que descanso!”, dijo Payne tras bajar del auto. “No solemos ir tan lejos para probar los límites de nuestros autos, pero creo que hoy (la semana pasada) nos acercamos bastante. Me di cuenta de que estaba trabajando duro, pero el Cayenne no se quejó y siguió jalando. Lo único que veía en los espejos retrovisores era el Airbus, lo cual fue interesante. Nuestros vehículos pueden ir un poco más allá de lo que nuestros clientes imaginan –están diseñados para ser fuertes–. Sin embargo, lo que el Cayenne hizo hoy fue notable –trajimos el auto desde Londres, y pienso volver a conducirlo a casa después de haber remolcado el A380–. El crédito debería ir al equipo de Stuttgart que desarrolló este deportivo –hicieron un trabajo impecable–. También estoy muy agradecido con Air France y sus ingenieros por su generosidad al permitirme remolcar su hermoso avión”.
Mortreux: “Fue divertido y emocionante ver las dos máquinas juntas”
“Al igual que Porsche, Air France Industries KLM Ingeniería y Mantenimiento busca la excelencia y lleva a la ingeniería a sus límites. Fue un honor acoger a Porsche en nuestro hangar de Charles de Gaulle, que suele ser el hogar de nuestros ingenieros que trabajan en nuestra flota de 10 Airbus A380 –uno de los aviones más sofisticados del mundo–. Este logro es un nuevo ejemplo de la manera en que AFI KLM E&M es capaz de adaptarse a los requisitos específicos, y la pasión que ponemos en cada desafío que afrontamos. Fue divertido y emocionante ver las dos máquinas juntas –nuestros ingenieros estaban intrigados e impresionados–. Felicitaciones a Porsche por un logro notable”.
“He sido testigo de algunos intentos de récords increíbles durante mi tiempo en el cargo de testigo presencial de Guinness World Records –viendo un Porsche Cayenne remolcar uno de los aviones más grandes del mundo definitivamente se encuentra entre los más espectaculares”, dijo por su parte Pravin Patel, representante de los Records Guinness. “Mis felicitaciones para todos los involucrados en esta notable hazaña”.
De acuerdo con las reglas aplicadas por Guinness World Records, la prueba fue supervisada por ingenieros independientes de UTAC CERAM. Después de que el récord fue fijado, fueron llevadas a cabo pruebas de funcionamiento y análisis de cada componente importante y del sistema electrónico del vehículo para certificar que se trataba de un vehículo de producción de serie.