Pedro Aguilar, el copiloto de Martín Vintimilla, fallecido el pasado viernes 7 de octubre tras caer con su auto de competencia en un precipicio de 80 metros aproximadamente, sigue en estado de coma aunque sus signos vitales están normales, así como sus órganos (riñón, hígado…).
ACELERANDO conversó con el padre de Pedro, don Jorge Aguilar, quien dijo que su hijo sigue hospitalizado en una clínica privada de Cuenca, pero que los diagnósticos médicos son alentadores. “Esperemos que en estos días, Pedro ya se despierte”.
Señaló que ayer viernes 13 de octubre le operaron el brazo derecho de Pedro. “Le pusieron unos clavos, porque lo tenía fracturado”, dijo.
El médico tratante, Sebastián López, dijo que por respeto a la familia del paciente no podía proporcionar información médica al detalle. No obstante, Jorge Aguilar dijo que Pedro había sufrido un fuerte golpe en la base del cráneo que al parecer provocó un esguince o latigazo cervical moderado (lesión de los tejidos blandos del cuello).
“Según el informe médico, mi hijo tiene una elongación de los nervios en la base de la nuca. Pero sus órganos están bien y su pulso es normal”.
Pedro Aguilar Maldonado es un deportista de 36 años, soltero, que se dedica al ciclismo, taekwondo. Su papá dice que él, hace tres años, hizo un curso de copiloto y desde entonces ha participado regularmente en carreras automovilísticas, siendo navegante de reconocidos pilotos como Juan Dávalos, Paúl Moscoso, Cristobal Medina, Hernando y Carlos Maldonado, inclusive de Juan Diego Vintimilla, el papá de Martín.
Cuenta que faltando 15 días para el Rally del Azuay, el papá de Martín les visitó al restaurante que ellos tienen para pedirle a Pedro que acompañe a su hijo para esa carrera.
“Martín era un amigo de toda la vida y mi hijo aceptó la invitación. Cuando se fue Juan Diego, le dije: “hijo, es muy pelado, no te vayas”. Él me dijo que ya aceptó y no hay nada que hacer”.
“El jueves 6 de octubre, un día antes de la carrera, conversé de nuevo con mi hijo. Él me dijo que no estaba muy convencido de ir a la carrera. “Martín anda muy bien, pero a veces no hace caso a lo que le digo”.
“Ese día (viernes 7 de octubre), un amigo de Pedro (Andrés Álvarez) me llamó cerca de las 18:00 para decirme que mi hijo había sufrido un fuerte accidente. Le pregunté, ¿está muerto? Me contestó que no”.
“Me dijo también: ‘Busque una clínica urgente, Pedro está grave’. Pensábamos llevarlo al hospital regional del IESS, pero me recomendaron no llevarlo allá porque era un feriado largo y no habían muchos médicos especialistas. Entonces lo llevé a la clínica Santa Inés. Allí se encuentra hasta el momento”.
“Sobre la muerte de Martín nos enteramos pocos minutos después y fue un golpe muy fuerte para todos”.
El apoyo a su hijo ha sido brutal
Jorge Aguilar dice que no tiene palabras para agradecer las muestras de cariño para su hijo y su familia que han recibido de cientos de personas de Cuenca, amigos, conocidos y también gente común. Nos han dado una gran mano y queremos agradecerles por esos gestos en estos difíciles momentos que estamos pasando”.
Sobre el accidente, su papá dijo que cuando vio el auto siniestrado (Hyundai Grand i10) no estaba completamente destruido, la cabina estaba casi intacta. Pero descubrió que el asiento derecho, donde iba su hijo, se había recorrido como unos 10 cm hacia atrás.