Nissan Ariya no solo reinventa lo que podría ser un vehículo eléctrico, sino también cómo debería sentirse la gente al conducirlo. Todo, desde los asientos cero gravedad, hasta las pantallas de información dobles horizontales, se diseñaron para brindar comodidad y ergonomía. Pero cuando se trataba de provocar una sensación de tranquilidad interior, el trabajo de la diseñadora de color, Kyehyun Ahn era encontrar la combinación perfecta de color y materiales.
La diseñadora llegó a Japón desde Corea hace cuatro años, pero había estudiado la influencia Zen en el diseño mucho antes de su llegada a Nissan.
“Mientras estudiaba diseño en la universidad, me alejé de la forma y me acerqué al color para ver cómo influye en el estado de ánimo de una manera intuitiva, casi subliminal. Nissan Ariya fue mi primera oportunidad de explorar adoptando un enfoque Zen no solo del color, sino también de cómo se coordinaba con los materiales interiores”, explica Ahn.
Este camino fue una progresión natural a medida que Ahn adoptó el lenguaje de diseño del ADN japonés recientemente establecido por Nissan. Estaba entusiasmada por incorporar conceptos como Ma, Iki, Kabuku u Omotenashi en su propio trabajo con Nissan Ariya.
Este viaje llevó a Ahn a probar algunas combinaciones de colores únicas que inicialmente llamaron la atención dentro de su equipo.
“Tiendo a elegir el color principal de una imagen de origen, como un render inicial y luego agrego lo inesperado con un color complementario para construir una historia interesante”, argumentó.
Así es como combinó el interior de piel color gris azulado de Nissan Ariya con acentos de cobre – colores considerados polos opuestos. Ella vio el cobre como un color para aumentar el impacto visual. “Algunos colegas no se sintieron cómodos con la combinación de inmediato, pero yo confiaba en que aportaría algo único y hermoso al interior, así que insistí”.
Su tenacidad dio frutos cuando amigos y colegas vieron el producto terminado el verano pasado en la presentación mundial. “Fue increíble para mí”, recuerda Ahn. “Su entusiasmo y los comentarios continúan llenándome de entusiasmo y orgullo”.
La gente puede apreciar el resultado final, pero es probable que no comprenda completamente la cantidad de trabajo que implica la selección de colores. Ahn y su equipo no solo estudiaron una variedad de colores y materiales, sino también cómo se veía el espacio de la cabina con luz natural. “Siempre comprobamos las selecciones de color al aire libre bajo el sol, incluso en diferentes momentos del día. Un color puede cambiar significativamente entre las 10 a.m. y 2 p.m.”, agregó Ahn. Eso llevó a múltiples rondas de refinamientos antes de que se hicieran las selecciones finales.
Esta minuciosidad a veces ha llevado a los diseñadores a cambiar completamente sus suposiciones sobre un color. Tomemos, por ejemplo, el intrincado patrón de Kumiko que se encuentra en varias áreas en la parte inferior del interior, incluidas las puertas.
“Originalmente, habíamos elegido un color más claro para acentuar esta sensación más espaciosa del interior. Pero eso hizo que el patrón de Kumiko estuviera demasiado cargado visualmente. Finalmente, nos decidimos por el negro, que no solo resolvió esto, sino que también agregó una sensación sofisticada”, finalizó Ahn.
A medida que los vehículos se adapten a los nuevos tipos de sistemas de propulsión y a los altos niveles de asistencia al conductor, el esfuerzo que se esconde detrás del propio sentido del Zen del interior será cada vez más importante. Esta mentalidad minimalista será clave a medida que avanzamos hacia una nueva era de movilidad.