General Motors está tomando medidas drásticas en los mercados que no le son rentables. A finales de 2019 supimos que el gigante de Detroit dejará de fabricar coches en Rusia en asociación con Lada, y ahora acaba de anunciar que retirará la marca Holden en Australia y Nueva Zelanda para 2021.
Según ha informado la compañía, también va a acabar con Chevrolet en Tailandia a finales de 2020. Como resultado de estas acciones en Australia, Nueva Zelanda y Tailandia, la compañía espera incurrir en cargos netos en efectivo de aproximadamente 300 millones de dólares.
Las consecuencias de la electromovilidad
General Motos irá reduciendo paulatinamente las operaciones de ventas, diseño e ingeniería en Australia y Nueva Zelanda hasta eliminar la marca Holden en 2021. La compañía, con sede en Victoria, era originariamente independiente, pero desde 1931 pasó a ser una filial de General Motors.
Las carrocerías de Holden se fabricaban en Elizabeth, Australia Meridional, y los motores en la planta de Fishermens Bend, en Puerto Melbourne. Ahora la compañía ni siquiera tendrá presencia como importador y vendedor de coches en el continente.
El presidente de General Motors, Mark Reuss, ha dicho que exploraron una variedad de opciones para continuar con las operaciones de Holden, pero ninguna pudo superar los desafíos de las inversiones necesarias para lo que describe como un mercado altamente fragmentado.
La compañía, capitaneada por Mary Barra, también venderá al gigante chino Great Wall Motors la fábrica de vehículos de Rayong, al sur de Bangkok, de donde se retirará a finales de este año. «Sin fabricación nacional, Chevrolet no puede competir en el mercado de vehículos nuevos de Tailandia», ha subrayado Reuss.
General Motors tiene 828 empleados en Australia y Nueva Zelanda y otros 1.500 en Tailandia.
«Estamos reestructurando nuestras operaciones internacionales, enfocándonos en los mercados donde tenemos las estrategias correctas para generar retornos sólidos y priorizando las inversiones globales que impulsarán el crecimiento en el futuro de la movilidad, especialmente en las áreas de vehículos eléctricos y autónomos», ha explicado Barra.
Ante el previsible impacto que tendrán estas decisiones en el empleo y la economía de los países afectados, General Motors ha prometido «garantizar una transición ordenada y respetuosa en los mercados afectados «.
Según recoge la agencia AP, desde el ministerio de Industria, Ciencia y Tecnología australiano han calificado la decisión de «muy decepcionante» ya que 500 trabajadores perderán sus empleos.