El piloto japonés obtuvo su segunda victoria en la Indy 500, después de su triunfo en 2017, en la edición 104º de la competencia, tras un apasionante duelo con Scott Dixon. Takuma Sato, ex Fórmula 1, estuvo en los primeros puestos desde el inicio de la carrera.
La competencia acabó con bandera amarilla, tras el accidente de Spencer Pigot contra un muro a la entrada de boxes; afortunadamente, el piloto salió del monoplaza con ayuda de los comisarios y consciente en todo momento. Los vehículos cruzaron la línea de meta detrás del auto de seguridad. De hecho, la carrera estuvo marcada por las banderas amarillas.
Una de las sorpresas las dio Patricio O’Ward, quien en la segunda mitad de la carrera mostró tener opciones de podio. Al final, el ritmo del mexicano se diluyó, pero terminó sexto, su mejor resultado en la IndyCar.
Alex Palou, debutante de la competencia, mostró un buen desempeño al ubicarse entre los 10 mejores, pero el español perdió el control de su vehículo y golpeó fuertemente contra el muro exterior.
Los ojos también estuvieron puestos sobre Fernando Alonso. En su segunda Indy 500, el español comenzó desde el puesto 26, y se mantuvo bastante alejado de los primeros puestos, intentando ahorrar combustible, en su estrategia por remontar en las últimas vueltas. Alonso tuvo problemas con el embrague y al ingresar a boxes, pedió demasiado tiempo.
Finalmente, Takuma Sato se llevó el triunfo, al completar las 200 vueltas en 03:10:05.0880, seguido por Scott Dixon y Graham Rahal.