Una de las imágenes más llamativas del último Gran Premio de Japón es la de Charles Leclerc trazado la mítica curva 130R de Suzuka sujetando el volante con una mano mientras con el brazo opuesto, trata de sujetar un espejo retrovisor que estaba cerca de desprenderse.
Ni que decir tiene que el piloto traza a gran velocidad sin ningún tipo de inconveniente, lo que ha sugerido a muchos aficionados que una de las curvas con más nombre del calendario internacional, ha perdido toda su alma.
Como era antiguamente la combinación de Eau Rouge y el Raidillon, en Spa-Francorchamps, 130R estaba considerada una de las curvas más complicadas del calendario, una trazada que separaba a los pilotos top de los mundanos, una donde se podían marcar las diferencias. De altísima velocidad, el piloto debía lanzarse hacia ella sabiendo que no cabían rectificaciones, y que al perder la línea, esperaba un muro.
Con los años, no es que los exteriores de la curva se hayan llenado de asfalto, eliminando la percepción de miedo que pudieran tener los pilotos, es que además los actuales Fórmula han mejorado tanto que se pueden ver imágenes como esta, la de los pilotos trazando a fondo y con una sola mano.
Importantes figuras del automovilismo, así como el grueso de aficionados a la Fórmula 1, han reaccionado de forma melancólica al vídeo mencionado, descubriendo cómo a medida que los monoplazas mejoran, todo se hace más sencillo y reabriendo un debate que ha causado disparidad entre los pilotos, sobre si realmente los actuales Fórmula 1 son sencillos de pilotar, o si requieren de gran habilidad y valentía, como antaño.
Fuente: www.caranddrive.com