La mañana y tarde del sábado 11 de diciembre se realizó la final del Campeonato de Autos Clásicos de Carreras en el kartódromo Dos Hemisferios, de la Mitad del Mundo.
La organización, presidida por Marcelo Redín, miembro de la Federación Ecuatoriana de Automovilismo y Kartismo (Fedak), eligió este tradicional escenario con el fin de brindar un buen espectáculo tanto en pista como en los graderíos.
Participaron 17 autos clásicos que en su época fueron grandes protagonistas en competencias de rally, circuitos y hasta en vueltas al Ecuador.
Como el trazado del kartódromo es de pista angosta, los competidores salieron de uno en uno y en cada categoría dieron cuatro giros a la pista de mil metros de extensión.
El ganador en la categoría 2051 cm3 clásico fue el quiteño David Mosquera a bordo de un BMW E30 (160 puntos), seguido de Hugo Vega en una réplica de Ford Shelby Cobra (110) y Santiago Proaño en Autobianchi (90).
En la categoría de 1651 a 2050 cm3, primero fue Juan Pablo Carrera en un BMW 2002 (160 puntos), seguido de su hermano José Felipe en otro BMW 2002 (110) y tercero Fernando Madera en Toyota Trueno (90).
En la categoría de 1051 a 1350 cm3, Juan Francisco Baquero en Fiat 128 Rally con 210 puntos, segundo Fernando Acosta (Fiat 147) con 160, tercero Jaime Mirada en Datsun Tomei con 130 y cuarto Galo Arias (Mini Cooper) con 110.
En la categoría de 1051 a 1350 cm3 (2) el vencedor fue Fernando Guillén (Fiat 128 Sport) con 210 puntos, segundo Juan Carlos Molina (Fiat 128 Rally) con 160, tercero Cristian Naranjo (Fiat 128 Rally) con 130, cuarto Andrés Rodríguez (Fiat 128 Sport) (110), quinto Gonzalo Molineros (Mini Austin) con 90, sexto Fausto Saá en Fiat 147 con 10.
Finalmente, en la categoría de 0 a 1051 cm3, el único que participó fue el coleccionista de autos clásicos Pablo Salazar en un Fiat Abarth 850 TC, con 60 puntos. Este auto fue preparado en los talleres de Marcelo Redín, la mayor parte de piezas fueron utilizadas del recordado auto Fiat (FITO) de José María Chiavassa, campeón nacional en 1972. José María falleció en 2008, pero dejó un gran legado en el automovilismo nacional.
Cuando vieron en acción al Fiat Abarth 850 TC, muchos afirmaron que se trataba del original auto de Chiavassa, pero en realidad fue una reconstrucción lo más cercana al vehículo de José María.
Pablo Salazar dijo que lo hizo en honor a su gran amigo y compañero de grandes participaciones en competencias de autos clásicos en Ecuador, Colombia e inclusive en Europa.