En marzo de 2019, el Parlamento Europeo inició una revisión del Reglamento General de Seguridad para introducir en los vehículos nuevos europeos (incluidos camiones, autobuses y furgonetas) 11 sistemas de seguridad que serán obligatorios para 2022, y a partir de mayo de 2024 para los modelos existentes.
Entre ellos se encuentran las cajas negras, capaces de monitorear y almacenar desde la velocidad hasta la ubicación pasando por la forma de conducir. ¿Cómo funcionan estos dispositivos que tendremos que llevar?
Las cajas negras como elemento condicionante
Las cajas negras pueden recoger datos relacionados con los movimientos de dirección del vehículo, aceleración y desaceleración, estado de los sistemas de seguridad (como el uso del cinturón), ubicación y también la velocidad de conducción.
Según explica el Ejecutivo comunitario, teórica y técnicamente sería posible comparar la información del límite de velocidad vigente y la velocidad de conducción real y utilizar esto como fuente de información para detectar y hacer cumplir los límites de velocidad, pero este no será su objetivo si no ha habido un siniestro previo.
Claro que los datos que recopilen las cajas negras dependerán de la regulación de cada país y de los niveles de automatización del vehículo; si cuenta con radares y cámaras, los datos serán aún más precisos.
¿De qué están formadas? Algunos elementos básicos son un hardware de memoria para almacenar los datos, un software de sistema de archivos para guardar los datos en un formato estandarizado y un sistema operativo.
El sistema operativo es la interfaz entre los diversos sensores fuera del dispositivo y el sistema de archivos y el hardware de memoria se ubican dentro de la caja, hecha de acero resistente.
El hardware de memoria principal dentro de estas cajas negras suele ser un chip de memoria flash, como eMMC (controlador multimedia incorporado) o UFS (almacenamiento flash universal), o algunas veces una tarjeta SD, mientras que los sistemas operativos utilizados en los EDR suelen ser en tiempo real (RTOS) o Linux.
¿Cómo se ponen en marcha? Cuando los sensores detectan un accidente, el sistema operativo le indica al sistema de archivos que se ponga a trabajar. En cuestión de milisegundos, el sistema de archivos organiza y estructura cuidadosamente todos los datos del incidente en el hardware de la memoria en un formato estandarizado.
Después, un investigador puede conectar el dispositivo a un ordenador portátil para ver qué datos se almacenaron.
Según la Comisión Europea, «estos dispositivos se pueden usar en automóviles y transporte comercial como una valiosa herramienta de investigación para monitorear o validar nuevas tecnologías de seguridad, establecer límites de tolerancia humana y registrar velocidades de impacto».
No obstante se pueden usar para influir en el comportamiento al volante: el hecho de llevar un dispositivo que evalúa la forma de conducir puede condicionar la acción, e incluso la información puede usarse para reducir las primas del seguro como ya hacen muchas compañías.
En el caso de las cajas negras que registran datos de accidentes, solo recopilarán información en un periodo anterior y posterior al despliegue del airbag. Esto permite reconstruir momentos previos al choque, conocer las causas de siniestro y evaluar los sistemas de seguridad de los coches.
También hay cajas negras que registran los datos de un viaje completo, que pueden constituir una fuente importante de datos de investigación sobre los riesgos de la conducción y la naturaleza de los conflictos que se dan en la carretera.
¿Quién los usa? Además de estar presentes en los aviones, los tacógrafos instalados en los camiones son un buen ejemplo: pueden controlar las horas de trabajo de los conductores, las velocidades y rastrear la carga.
Un observador imparcial cuando no hay testigos
Lejos de quedar como simples espejos de lo que ocurre día a día en esta esfera, las cajas negras llevan a cabo una importante labor para determinar la autoría de un accidente en el ámbito judicial. Un buen ejemplo lo encontramos en Área Central de Investigación de Accidentes de los Mossos d’Esquadra.
Según explica elPeriódico, los Mossos disponen de un sistema denominado ‘Crash Data Retriaval’ que se conecta a la caja negra del vehículo siniestrado.
La caja negra recopila los cinco segundos previos al accidente, lo que ha permitido desentrañar las causas de 300 siniestros viales en cinco años. Los agentes analizan la vía, el vehículo, las fuerzas físicas que han tenido lugar y el factor humano para poder hacer un reconstrucción fiel de los hechos.
Queda por ver cómo pule cada país el tema de la privacidad, durante cuánto tiempo se guardan los datos y cómo se usa la información de estos dispositivos que General Motors popularizó en los 90.
Fuente: www.motorpasion.com