Instalar paredes que absorben la contaminación en las ciudades parece una gran solución para afrontar los problemas medioambientales de hoy en día pero, ¿es eso posible?, ¿cómo se llevaría a cabo? La magia reside en una pintura llamada Airlite que ya se está utilizando en lugares como Roma.
Precisamente, la primera vez que se usó fue en el túnel romano Umberto I, donde en tres semanas se redujo la contaminación del mismo en un 51%. Y es que esta pintura anticontaminación está compuesta por tecnología fotocatalítica, una reacción química que neutraliza compuestos tóxicos como los óxidos de nitrógeno.
También interactúa con la humedad del aire para eliminar las partículas que quedan y evitar que otras se adhieran y con la luz, que activa el dióxido de titanio, el cual actúa como catalizador. Por eso, la AIF -Asociación Ibérica de Fotocatálisis- califica este proceso como “la fotosíntesis de las superficies urbanas”. El porqué queda claro, ¿no?
Su proceso contribuye también a que las fachadas estén limpias por más tiempo y, debido a su alto índice de reflexión, los edificios se calientan menos, lo que a su vez influye positivamente en el consumo energético y en las emisiones de CO2. Por tanto, podemos decir que sí, existen paredes que absorben la contaminación y que podrían ser una gran solución para el futuro.
Si además de ‘tragarse los malos humos’ es capaz de conseguir que gastemos menos en, por ejemplo, productos de limpieza o aire acondicionado y por tanto, que contaminemos menos, parece que queda claro que han dado con una de las fórmulas más efectivas.
Además, no solo sirve para las paredes de las grandes ciudades. Airlite asegura que también es posible pintar el interior de las casas con esta pintura que aplicada, por ejemplo, en una superficie de 100 m2 es capaz de actuar de la misma manera que 100 m2 de árboles.
Fuente: www.topgear.es