El quedarse en casa para evitar la propagación del coronavirus COVID 19 ha tenido efectos positivos para el medio ambiente en Quito. Un estudio colaborativo realizado por la Universidad de las Américas y la Red de Contaminación Atmosférica de Quito concluye que durante el primer día de la cuarentena se registraron los niveles promedio más bajos de contaminación del aire de este año, que incluso están por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Este estudio se realizó al comparar los días de cuarentena, con los meses de enero y febrero de 2020. El análisis indica que la contaminación por partículas inhalables finas del martes 17 de marzo, era casi dos veces más baja en comparación con cualquier otro fin de semana de este año, y un tercio más baja de los niveles comunes de contaminación en el área central de la ciudad.
Por otro lado, la contaminación por estas partículas y otros gases tóxicos como el dióxido de nitrógeno, el monóxido de carbono, entre otros, en el resto de la ciudad también está alrededor de la mitad en comparación con niveles normales registrados en los meses previos.
En otras palabras, el que se reduzca, por ejemplo, el tránsito vehicular provocó que los niveles de contaminación del aire sean 2 o 3 veces más bajos.
Los últimos datos recogidos por la Red Metropolitana de Monitoreo Atmosférico señalan que la calidad del aire en la ciudad se mantiene en condiciones óptimas, a casi dos semanas de que se aplicasen las medidas para contener la propagación del COVID 19.
Según la institución municipal, esto se debe a la disminución significativa de las emisiones de gases contaminantes por la drástica reducción del tráfico vehicular y la actividad mínima de las industrias. En la urbe se registra un descenso de contaminantes especialmente del dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre, que se han reducido hasta en un 50%.
Niveles bajos de ruido en la ciudad
Otro efecto positivo para el medio ambiente en Quito es la reducción del ruido. Según la Secretaría de Ambiente, los niveles de ruido se miden en decibeles (dB) y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud OMS, el límite tolerable no debe superar los 65 dB durante el día, y los 55 dB durante la noche. Si el ruido sobrepasa esos valores, puede ser perjudicial para la salud.
Las mediciones realizadas por la Red Metropolitana de Monitoreo Atmosférico de Quito señalan que por ejemplo, en la estación de El Camal existe una disminución de entre 3 y 5 dB de promedio durante el día y la noche, al igual que en Carapungo, que se registró un descenso de 2 dB.
Esta disminución del ruido se debe a la poca actividad comercial en la ciudad y también a la drástica disminución del tránsito vehicular.
De esta manera, en Quito se están cumpliendo las guías determinadas por la Organización Mundial de la Salud en cuanto a la contaminación del aire y a la contaminación acústica.