La producción del emblemático Nissan GT‑R llega a su fin en la factoría de Tochigi, marcado el cierre de una saga que arrancó en la década de 1960 y se consolidó internacionalmente tras el modelo R32 de 1989.
Desde su relanzamiento como Skyline GT‑R en 1989, el modelo se convirtió en una leyenda. Las generaciones R33 y R34 consolidaron su reputación, en parte gracias al motor RB26DETT y su presencia en videojuegos como Need for Speed y Gran Turismo, así como en la saga Fast & Furious. En 2007 nació el GT‑R R35, equipado con un diseño renovado y un motor V6 biturbo VR38DETT hecho a mano por nueve artesanos “Takumi”.

La última unidad construida es un GT‑R R35 Premium T‑Spec en color Midnight Purple con llantas doradas. No es una pieza para el museo de Nissan: fue un pedido legítimo realizado por un cliente japonés y saldrá a la carretera como cualquier otro vehículo.
El CEO de Nissan, Iván Espinosa, rememoró el impacto del GT‑R en la industria: “ha dejado una marca perdurable en la historia de la automoción… Su legado es un testimonio de la pasión de nuestro equipo y la lealtad de nuestros clientes en todo el mundo”, expresó.

Aunque esta generación se despide, Nissan no descarta el regreso del GT‑R. “Esto no es un adiós definitivo al GT‑R… tenemos como objetivo que la marca GT‑R vuelva algún día”, afirmó Espinosa. Aclaró que la insignia GT‑R está reservada “para algo realmente especial”, por lo que invitan a los aficionados a tener paciencia; por ahora no hay planes concretos, pero se espera que evolucione y regrese en el futuro.
Nissan ha fabricado alrededor de 48 000 unidades del GT‑R desde 2007 en Tochigi, con más de una versión apasionante —como las firmadas por Nismo— y constantes actualizaciones a lo largo de los años.
Por el momento, todavía no hay información sobre cuándo llegará la próxima generación, ni su motorización. Existe la posibilidad de que sea híbrida.