Las comparaciones suelen ser odiosas, sin embargo, nunca fue un problema para él que le equiparasen con su padre. Más bien todo lo contrario. Desde que Ferrari confirmase la llegada de Mick Schumacher a su Academy, el regreso de ese apellido a Maranello supuso una revolución representada a modo de nostalgia que hizo inevitables unas comparaciones a las que el hijo del ‘Kaiser’ no ha dado la espalda. «No sería la persona que soy si no fuera por mi padre», decía el alemán, sin renunciar a un pasado que él ha traído de vuelta al garaje de la ‘Scuderia’.
En Bahréin, 12 años después, el piloto de 20 años volvió a colocar al mando de un Ferrari el apellido Schumacher. «La primera vez que lo vi en Maranello cuando regresó, lo miré y no creí que se pareciera realmente a Michael», dijo un Binottoque después comprobó por él mismo durante el test que celebraron junto al hijo del ‘Kaiser’ en el trazado de Shakir, como Mick también llevo consigo un método de trabajo que el jefe de Ferrari, que trabajó junto al siete veces campeón del mundo de la F1 durante la etapa del alemán junto a los de Maranello, conocía muy bien.
«La forma en que se comporta es muy similar, y la forma en que afrontó el test, la forma en que está interesado en el coche, hablando con los técnicos… Incluso en Maranello lo estábamos cuidando, pero él siempre estaba en el taller mirando el coche, hablando con los mecánicos. Y creo que en eso es similar a su padre», aseguró un Binotto que tiene en casa, al menos así se siente Mick junto a los italianos, el legado de un heptcampeón que un futuro puede seguir haciendo grande el apellido Schumacher.
Fuente: AS.com