El piloto ambateño de 29 años cuenta su vida deportiva desde cuando era un niño de siete años. Hoy es un deportista consagrado con aspiraciones de competir en fechas del Mundial de Rally.
Incursionó en el rally en 2011 y en el 2013 ya le conocían como el “niño maravilla” por su forma intrépida de conducir su auto y por el espectáculo que brindaba al público en las rutas del país. Martín Navas cuenta su vida deportiva a ACELERANDO.
Su afición
“Mi vida deportiva empezó a los siete años con bicicletas y motocross. En bicicleta tengo muchos trofeos y también quince huesos rotos. En mi adolescencia participé en motocross provincial y nacional. Fui también campeón en down hill”.
“Me retiré del ciclismo y el motocross cuando tenía 17 años, porque me rompí el tobillo. El médico me dijo que nunca más practique estos deportes, porque podría tener secuelas cuando sea adulto”.
“Hoy el automovilismo me apasiona. Mi papá Víctor corría en Ambato. Seguí su afición. De niño me gustaba acompañarlo a las competencias y cuando tenía oportunidad me subía a los autos de sus amigos en la mecánica de Talo Bayo. Era muy lindo jugar dentro de los carros de pilotos famosos de entonces como Chispirito Garzón, Patricio Sevilla, José Luis Sevilla”.
Su primer auto
“Un día fui con papá a ver una carrera de rally por Atocha y me pareció que esos autos iban muy lentos. Le dije eso a papá y me respondió: “Vamos a ver cuando tu tengas un auto y si en verdad, aceleras”.
“Cuando tenía 18 años, papá me mandó a retirar un auto de una concesionaria. Yo creí que era un vehículo, de esos que necesitábamos en la fábrica. Cuando llegué me sorprendí porque era un Hyundai i10 para mí. No lo podía creer”.
Sus primeras carreras
“A los 15 años fui copiloto de mi primo Jorge Luis Mora en un Suzuki Forsa. Pero mi primera carrera oficial fue en 2011 en Pelileo en asfalto. El Hyundai i10 fue preparado en la mecánica de Marco Robayo. Me fue bien, gané a Paco Sevilla, que entonces era uno de los mejores de la categoría. Allí conocí también a varios pilotos consagrados como Luis Valverde y Juan Guerrero, quienes ya manejaban sus Evos. En 2012 continué compitiendo hasta que lo vendí el auto”.
Su primer Evo IX
“Cuando vendí el Hyundai i10, mi anhelo era comprarme un Chevrolet Aveo o un Peugeot 206 para la categoría 1.600. Pero en esa época, esos autos eran muy caros”.
“Un día, a inicios de 2013, mi papá otra vez me envió un mandado. Esta vez era para retirar una «maquinaria» donde el socio de mi papá, Paco Sánchez, con quien tenían la fábrica de baterías Elekktra, hoy Kaiser. Cuando llegué lo ví a él sentado en su Evo IX con el que competía en rallies”.
“Me invitó a que lo pruebe. No quise. Me insistió, hasta que accedí. Me sentí emocionado manejando un Evo. Sobre el final de la tarde, Paco me dijo: llévate el auto”. ¿Qué, lo dice en serio? Sí. En serio. Ya hablé con tu papá, llévatelo”.
“Así empezó mi gusto por un Evo. Al principio era duro acoplarse. Me ayudaron mucho Aldo Paredes y Renato Rosero en los entrenamientos. En 2013 corrí en tres rallíes”.
La entrevista completa la encontrarás en la edición 94 de ACELERANDO, ya en circulación.