Existen de todas las formas y tamaños, eléctricas, con sorprendentes curvas o pendientes pronunciadas. Las pistas de carreras son uno de los juguetes preferidos por niños y niñas, y han brindado horas y horas de diversión a los más pequeños del hogar. Sin duda, los circuitos a escala están considerados entre los juguetes más vendidos del mundo.
La página mexicana El Universal, recogió el origen de las pistas de juguetes. La versión más aceptada sobre su historia se remonta a 1900. El inventor estadounidense Joshua Lionel Cowen fundó la compañía Lionel Manufacturing Company. Esta empresa fabricaba trenes a escala, en un inicio, para atraer a los clientes a las jugueterías. Seis años después, diseñó unos rieles, y en 1912 lanzó los primeros autos de carreras.
Algunos años más tarde, en la década de los 50 para ser exactos, Fred Francis presentó al mundo unos pequeños autos eléctricos que corrían por una pista ranurada de goma. Fueron conocidos como los Scalextric.
Ya en 1963, la marca alemana Carrera presentó su primera pista eléctrica a una escala 1:32. Unos años más tarde, en 1967, la ingeniera Margie Ann M. Smith puso su nombre en la historia de este juguete, al diseñar los icónicos carriles naranjas que forman parte de las pistas de Hot Wheels.
Según la marca, se eligió ese tono, porque “los niños se ven atraídos por los colores brillantes”. Luego de décadas de éxito e innovaciones, su producto más vendido es la “Criss Cross Crash”, que salió a la venta en 1979.
Hoy el día, los circuitos a escala han evolucionado, pero todavía mantienen su objetivo de entretener a los más pequeños. En este Día del Niño, puede ser una buena opción para regalar a los mimados del hogar.