‘Gran Turismo’ se ha convertido en un icono para los pilotos virtuales a nivel internacional y ha vendido 80 millones de copias desde 1997. Esta es su misión de futuro.
En su última versión –Gran Turismo Sport – continúa sirviendo de puerta de entrada a una nueva generación de aficionados a las carreras y no se debería subestimar la importancia del juego en el panorama del motorsport.
Ahora que los eSports están atrayendo cada vez a más gente a las carreras virtuales, el simracing ha pasado de las habitaciones de los adolescente a convertirse en un gran negocio.
Kazunori Yamauchi, creador de la saga Gran Turismo, va más allá. No tiene ningún tipo de duda de que el esfuerzo y el objetivo que él y el estudio Polyphony Digital han hecho para posicionar al juego y al simracing en el candelero es una cruzada importante que está salvando al deporte de motor.
Con los elevados costes de las carreras reales, sin el simracing habría cierto riesgo de que toda una generación nunca llegase a tener la oportunidad de competir con un volante en las manos. Viéndolo desde ese punto de vista, los eSports no van a reemplazar al motorsport, sino a ayudarle.
En una entrevista, Yamauchi deja claro el papel que está jugando el interés por el simracing.
«Esto es algo que necesitamos hacer para asegurar la supervivencia del motorsport en el futuro. Esta actividad, todas las cosas diferentes que estamos haciendo, es algo necesario para continuar», dice.
«No es que estemos trabajando para batir o mejorar los deportes del motor actuales. Todo esto es parte de un esfuerzo para mantenerlo y hacerlo eterno».
«Por ejemplo, ¿cuántos amigos tenías en el colegio que compitieran en karts? Muy pocos. Pero hay millones de personas en el mundo jugando a Gran Turismo. Aprenden las técnicas reales de conducción y a cómo se comporta un coche real. Cada noche están compitiendo en carreras estratégicas contra otros. Por supuesto, creo que algunos de ellos entrarán en el motorsport real a medida que crezcan».
Yamauchi asegura que las carreras han pasado por diferentes etapas en las últimas décadas, donde las barreras para participar que se abrieron hace unos años han empezado a cerrarse. Para él, es importante que se mantengan lo más abiertas posible.
«El motorsport tiene tiene 150 años de historia. Originalmente era un deporte para la élite social, pero creo que en torno a 1970 las puertas empezaron a abrirse a gente más normal. Ese fue el inicio de una época especial, donde poner pegatinas en el coche se traducía en millones de dinero», explica.
«Pero no creo que esas puertas estuvieran abiertas mucho tiempo. Creo que en los años 90 se empezaron a cerrar. Por lo que creo que solo tuvimos 20 años excepcionales y realmente diferentes».
«Si miras Le Mans ahora, ves a muchísimos pilotos de pago. Y si miras los monoplazas, es un mundo donde a no ser que tengas mucho dinero para empezar, no puedes estar. Creo que el motor ha vuelto hacia atrás, a la época en la que solo la alta sociedad podía practicarlo. No creo que sea positivo. Por eso creé Gran Turismo Sport, donde puedes competir durante años por el coste de lo que valdría un juego de ruedas».
Un buen ejemplo de cómo Gran Turismo está ayudando es el brasileño Igor Fraga. El actual líder de la Toyota Racing Series, que ha firmado con Charouz para la F3 europea, fue el primer campeón del mundo de Gran Turismo. Fraga logró mantener su trayectoria viva de manera virtual cuando tuvo que parar su actividad en pista.
Yamauchi es un hombre fascinante con el que hablar y sus respuestas –a través de un traductor porque no habla inglés– llegan después de mucho pensar, tomándose su tiempo. Es un visionario, que incluso sugiere que el éxito de la saga se debe a que el juego originalmente era «ordinario».
«En 1997 imagino que lo que logramos entonces fue crear algo que todo el mundo hubiera esperado en cierto modo. Es algo que es casi ordinario, algo que es como debe de ser. Hoy día, por supuesto, hay otros simuladores de conducción, y se ha convertido en algo estándar. Pero creo que en ese momento en que lo creamos, no era así y pudimos construir algo que la gente esperase».
«No es fácil crear algo que sea visto como el estándar a seguir. No es algo que se cree por arte de magia, y creo que tuvimos suerte cuando empezamos a trabajar en Gran Turismo. Pero cuando lo logras y creas algo muy creativo, al verlo desde el futuro se vuelve ordinario y estándar».
«Es como los Beatles. Crearon música pop, música popular y ahora consideramos normal la música pop. Pero si no hubiesen existido, quizás no tendríamos música pop».
Tiene claro que Gran Turismo debe asegurar las carreras online a largo plazo. Yamauchi está comprometido al máximo, a pesar de haber pasado 20 años en el mismo proyecto.
«Creo que estamos en una era en la que el deporte de motor puede volver a ser lo que fue. Estamos aún en esa parte de un periodo excepcional, en cuanto a abrirse al público y a más gente. Pero es algo en lo que tenemos que pensar, en mantener el motor tan popular como lo es ahora», dice.
«Es algo en lo que tenemos que trabajar. Y es por eso que los fabricantes de coches se están involucrando y apoyándonos, porque se dan cuenta de que estamos en un punto crítico donde podemos perder el interés del público».
Pero hay también otra dinámica fascinante que juegos como este pueden ofrecer. En un mundo donde los apabullantes V8 nunca volverán a la F1, y pronto empezarán a hacerse preguntas sobre los motores de combustión en los circuitos, las futuras generaciones de aficionados puede que nunca puedan experimentar en la realidad el sonido y la emoción que los grandes motores ofrecen.
Sin embargo, en lo digital no hay reglas: los motores pueden ser tan ruidosos como se quiera y los coches tan alocados como siempre fueron.
«En el futuro quizás miremos atrás, lo veamos como un museo de experiencias del pasado. En el evento de Tokio de 2019 tuvimos una carrera con F1 de los 80. Tenían motores turbo de 1.500 cc que gritaban. Y no podemos competir con ellos en la realidad nunca más…».