Los rayos solares, las heces de aves, ciertos productos químicos o fuertes cambios meteorológicos pueden afectar la calidad de la pintura de todo tipo de vehículos. Incluso, algunos de estas sustancias o factores pueden generar importantes daños visibles a corto o largo plazo. Pensando en esta situación, Teojama Comercial comparte prácticas recomendaciones para detectar y prevenir los posibles daños.
Sobre los factores que dañan la pintura de los vehículos:
“La pintura del vehículo es clave dentro del mantenimiento de las unidades, ya que es el principal aspecto visible que sirve para evaluar el estado de la carrocería. De ahí que es importante actuar de manera oportuna cuando es expuesta a factores externos que pueden ocasionar daños impensables y que generalmente son considerados como inofensivos, como las heces de las aves y otros más que es importante que la comunidad los conozca”, explicó Diego Clavijo, Jefe Nacional de Colisiones de Teojama Comercial. ¿Cuáles son estos factores? Los más comunes son:
- Rayos UV: La constante exposición al sol (directa o indirectamente), sobre todo cuando es elevada, puede causar envejecimiento prematuro de la pintura, mostrando capas internas del vehículo. Además, causa pérdida de brillo, variación del color y corrosión de pintura.
- Heces de pájaros: Debido a la composición química de estos desechos, cuando no se limpian inmediatamente, pueden causar corrosión y decoloración de la pintura. También, tiende a crear un foco de óxido en el punto en donde cayó.
- Químicos y/o substancias de uso automotriz: El líquido de frenos o las lacas, especialmente tienen componentes altamente nocivos para la pintura. Es importante manejarlos cuidadosamente, para evitar los daños.
- Resina de los árboles: Esta secreción, que producen ciertos árboles, puede generar manchas en la pintura difíciles de quitar. Esto debido a que, generalmente, son pegajosas y pueden adherirse de manera profunda si no son retiradas de manera inmediata.
- Falta de limpieza: Las partículas de suciedad que no se limpian a tiempo también pueden dañar la pintura del auto. Esto debido a que al adherirse por mucho tiempo a la pintura del vehículo crean un foco de suciedad que puede oxidar la pintura y dejar manchas al momento de removerlas.
Sobre cómo prevenir y reducir los daños:
“Existen varias formas de prevenir el daño de la pintura de los vehículos. Los revestimientos cerámicos son una alternativa ideal y se pueden aplicar al 99.9% de vehículos, creando una capa protectora que evita los daños directos a los están expuestos día a día”, indicó Tunahan Guzel de Nasiol Turquía. Además, existen diferentes opciones muy prácticas:
- Revestimientos Cerámicos: Brinda una capa protectora ante cualquier factor dañino a la pintura del vehículo. Se aplica entre 15 minutos a una hora, dependiendo del producto. No deteriora la superficie y recibe el impacto de los factores externos sobre su capa protectora. Es importante aplicarlo de manera preventiva, es decir, antes de someter a la pintura a los factores externos. Este tipo de productos brindan una especie de escudo protector ya que debido a sus componentes hidrofóbicos crean capas de protección sobre la pintura del vehículo absorbiendo directamente los daños del sol y repeliendo el agua.
- Forros: Podrían representar una opción de protección, especialmente si el vehículo se encuentra en constante exposición al sol. Son forros textiles o de nylon que se pueden usar cuando el vehículo se encuentre aparcado en lugares con excesiva exposición a factores dañinos, también se lo puede usar como medida de prevención.
- Evitar parquear bajo los árboles: Especialmente si el vehículo va a permanecer en el mismo sitio por tiempos prolongados. Esta práctica aumenta las posibilidades de que el vehículo sea expuesto a excremento de aves o resina del árbol.
- Limpiar el auto con regularidad: Lo más recomendable es lavarlo o limpiarlo cada 2 ó 3 semanas, utilizando agua y jabón para retirar la suciedad, evitando manchas y coloraciones. También existen productos de limpieza en seco, que ayudan a reducir el consumo del líquido vital.