En Ambato, la mañana soleada del domingo 15 de mayo, se inauguró el Parque del Automovilista, enfocado enteramente a uno de sus ídolos automovilísticos del ayer: Luis “Loco” Larrea Bautista.
Fue una fiesta emotiva, llena de recuerdos, anécdotas. También condimentada con la nostalgia. Inclusive como invitados de honor estuvieron aquellos pilotos sobrevivientes de las décadas de los 50, 60 y 70 aplaudiendo a su ídolo como si estuviera vivo.
Los buenos ejemplos perduran. Es por eso que gracias a la iniciativa del Gobierno Municipal de Ambato liderado por su alcalde Luis Amoroso construyó el parque de unos 600 metros cuadrados aproximadamente.
Cuentan los ambateños que la idea nació en la casa de la familia Gavilánez, grandes aficionados y competidores del automovilismo de la provincia y el país. Fernando Gavilánez, quien es concejal y su hermano mayor Germán hablaron sobre la idea de contar con un parque o algo parecido para rendir homenaje a este deporte y en especial a sus grandes figuras que con el tiempo dejaron huellas imborrables.
Es así que la propuesta cayó de buen agrado en el corazón del Municipio y juntos, casi todos los concejales entre ellos Jacobo Sanmiguel, automovilista, como en una minga, trabajaron para que el Parque del Automovilista sea una realidad.
Llegó el día esperado. Los invitados, de todo el país, asistieron puntuales con sus mejores galas, hombres y mujeres, gente común y curiosos para rendir tributo a Larrea.
Hubo varios discursos. Hablaron y resaltaron, no solo a Luis Larrea, sino a Ambato, la provincia de Tungurahua y el automovilismo en general. En la palestra estuvieron el alcalde Luis Amoroso, el concejal Jacobo San Miguel, Luis Larrea, el hijo del recordado campeón, Alfonso Darquea, actual presidente de la Federación Nacional de Automovilismo del Ecuador, quien confesó ante el público que de niño paseaba por la sala de su casa en un auto de pedales simulando ser el “Loco” Larrea.
El periodista ambateño Alfonso Caicedo fue uno de los invitados de honor. Él describió a su manera la vida del campeón y las autoridades también le dieron un merecido reconocimiento por su labor informativa y por fomentar el automovilismo.
Luego de sendos discursos, entrega de reconocimientos, acuerdos y trofeos a los nietos del “Loco” Larrea, Carlos y Sebastián Palacios, actuales campeones de la Vuelta al Ecuador, llegó el momento más esperado.
Una carta enviada desde Riobamba por una de sus nietas preferidas y leída ante el público sacó más de una lágrima a los asistentes.
El descubrimiento del busto de Larrea junto a su inseparable Volvo 122 S con su clásico número 78 estuvo a cargo de su esposa Mercedes Amelia Tinajero, de sus hijos e hijas, nietos, bisnietos, el alcalde Amoroso, el prefecto Fernando Naranjo e invitados especiales.
Luis Larrea ganó tres vueltas al Ecuador: 1955, 1957 y 1960 a bordo de un Ford Fairlane de 1955. Las dos últimas vueltas fue a bordo del mismo auto, pero modificado con motores más grandes y potentes como el Súper Thunderbird, según versión de Augusto Larrea, uno de los destacados pilotos y descendiente del Loco Larrea.
En su vida como automovilista, logró sendos triunfos en el país y en el extranjero. Compitió en autos emblemáticos como Ford 41, Ford 55, Volvo 544, Volvo 122S, Mercedes-Benz 250SE, BMW 2002 y Porsche 911S. Se retiró de las competencias en 1983 cuando tenía 62 años.
Fuera del país ha ganado las Seis Horas de Bogotá el 12 de octubre de 1965, en ese año con su alternante Alfredo Vinueza. Ha participado en otras ciudades colombianas como Pasto, Cali, Cartagena, Barranquilla y Medellín, también en Lima en las Seis Horas Peruanas; en Buenos Aires, Tucumán, Córdova y San Juan en Argentina.
La primera Vuelta ganada por el loco fue precisamente en la primera edición del 2 de octubre de 1955, donde se disputaron siete etapas con apenas 21 participantes.
La segunda Vuelta ganada por Larrea fue el 14 de octubre de 1957. En aquel año tuvo como copiloto a Carlos Minda. La tercera Vuelta fue el 2 de octubre de 1960.
El campeón nació el 15 de diciembre de 1921. Fue hijo de Augusto Larrea y Carmen Bautista.
Cuentan los historiadores que su primera competencia fue el 6 de diciembre de 1949 entre Ambato y Quito, plenas fiestas quiteñas.
A la edad de 73 años, siendo intendente de Ambato, falleció un lunes 7 de noviembre de 1994 tras sufrir un accidente de tránsito cuando retornaba de Quito.