Stuttgart. Un simple taller de conducción, celebrado hace 40 años, dio paso a lo que hoy es la Porsche Sport Driving School (Escuela de Conducción Deportiva Porsche). Fue impulsada por el estreno del potente 911 Turbo en el Salón del Automóvil de París de 1974.
Incluso antes de que empezara a venderse, los ingenieros de Porsche y los concesionarios se dieron cuenta de que era necesario cierto entrenamiento para conducir a alta velocidad y de forma segura el nuevo modelo cumbre la gama. Dicho taller se diseñó para proporcionar las habilidades necesarias para garantizar que el placer de conducción fuera total.
La idea se desarrolló con éxito. Hoy, Dr. Ing. h.c. F. Porsche AG ofrece una gran variedad de cursos en varias partes del mundo para controlar con precisión los autos deportivos, cualquiera que sean las condiciones de conducción. Trabajando sucesivamente por niveles de dificultad cada vez más desafiantes o manteniendo sesiones individuales, los instructores de Porsche centran la atención en mejorar las habilidades de los alumnos al volante. Junto a los cursos en carretera y offroad, también hay programas especiales de invierno, que enseñan cómo conducir con seguridad en nieve y hielo.
A continuación transcribimos un artículo exclusivo sobre la Escuela de Conducción publicado en la revista Christophorus, de Porsche, el cuál puede ser reproducido con carácter editorial:
El sonido de los motores bóxer aumenta en la pista. Los frenos chirrean. En el circuito de Hockenheim el aire huele a goma, aceite y gasolina a comienzos de agosto de 1974. Los pilotos que ruedan con sus 911 alrededor de la pista no se fijan en el cronómetro, sino en el trazado ideal. Están tranquilos. A un lado, unos cuantos deportivos serpentean entre los conos, derrapan en pistas circulares mojadas y esquivan obstáculos que aparecen de repente. Nada es casual. Sin embargo, lo que se sale de lo normal es la gente que hay detrás del volante. No son pilotos profesionales, sino conductores corrientes convertidos en alumnos de la recién fundada Porsche Sport Driving School.
Lo que comenzó hace 40 años como un taller para unos pocos aficionados a los autos deportivos se ha transformado ahora en la Porsche Sport Driving School (PSDS) internacional, que ofrece cursos en quince países. La PSDS permite a los clientes de Porsche mejorar paso a paso sus habilidades al volante. La filosofía no ha cambiado a lo largo de los años: “Tú nos dices tus objetivos para la conducción y nosotros nos aseguramos de que los alcances”.
El “nosotros” en esta declaración se refiere a los instructores de conducción y a los formadores. Uno de los aproximadamente cien monitores que hay en todo el mundo es Carsten Dreses. Este hombre de 43 años deja la sesión por un instante para describir el objetivo: “Queremos inculcar un sentimiento instintivo para la conducción y, con él, el arte de leer y comprender mejor el auto. Cuando los conductores sienten la armonía en sus autos, automáticamente son más seguros y, como resultado de ello, también más rápidos”. Después, regresa a dar instrucciones a sus alumnos. Dreses sabe de lo que está hablando. Ingeniero de desarrollo, trabaja tiempo completo para Porsche y en su tiempo libre participa en carreras de resistencia. Desde 2004 ha estado impartiendo clases de conducción rápida y segura a los impacientes estudiantes, durante unas quince veces al año.
“Tan importante es ahora como hace cuarenta años el no concentrarse en una teoría a secas, sino complementarla con el placer de conducir”, dice Klaus-Peter Krüger, un compañero de Dreses. Krüger, un ingeniero de 57 años, entró a Porsche en 1981 y desde 1991 también ha estado trabajando a tiempo parcial como monitor y supervisor de la Porsche Sport Driving School. Después de 23 años se mantiene igual de entusiasta sobre el concepto y el contenido de esta escuela especial. “Todavía se trata de enseñar la forma correcta de sentarse, girar y frenar”, señala. “Pero con ABS, control de estabilidad Porsche Stability Management (PSM) y otros sistemas de ayuda al conductor, los autos se comportan al límite de forma diferente. Mostramos a los conductores las situaciones donde cada sistema acude en su ayuda”. Detrás de él los alumnos van sorteando hábilmente los conos.
Krüger recuerda a su colega que “en el pasado no podías apoyarte en los sistemas de ayuda al conductor. Tenías que saber de antemano qué podría pasar en ciertas situaciones”. Por ejemplo, pensemos en el primer 911 Turbo de 1974. “Era especialmente difícil de conducir en curvas”, dice. “Si acelerabas bruscamente se provocaba un subviraje que hacía que el auto se fuera hacia adelante y, si quitabas repentinamente el pie del acelerador podía derrapar”.
El Porsche 911 Turbo fue una de las razones para los primeros cursos de la Porsche Sport Driving School. Estaba previsto presentar el superdeportivo en el Salón del Automóvil de París de 1974 y empezar las ventas en la primavera de 1975. Después de las primeras sesiones de formación, los ingenieros y concesionarios tenían claro que los conductores necesitaban unas manos seguras y un nivel de control alto para manejar este auto, con su espectacular potencia y velocidad, de forma suave y segura.
Consciente de su responsabilidad con quienes no eran pilotos, Porsche desarrolló unos programas especiales de formación al volante, que enseñaban de manera apropiada y, sobre todo segura, a manejar sus súperdeportivos. Empezó ofreciendo formación para los Porsche 911 ‘normales’ en agosto de 1974 y, unos meses más tarde, para las versiones Turbo. La voz se corrió rápidamente entre los clientes y las pocas plazas disponibles se reservaron de forma inmediata.
Los instructores tienen una gran experiencia y vienen directamente de la ‘Test Course University’ (‘Universidad de Cursos de Pruebas’) o del ‘Training Lab’ (‘Laboratorio de Formación’) de Zuffenhausen o Weissach. Son empleados de Porsche y están encantados de impartir sus conocimientos. Se caracterizan por ser naturales, entusiastas y comprometidos, con un excelente tacto sobre el acelerador y un instinto especial para los autos. Enseñan este arte de conducir a grupos de un máximo de diez alumnos.
La estructura de los cursos de hoy no ha cambiado mucho respecto a los inicios. Los instructores explican la forma correcta de sentarse y la importancia de calentar el motor. Los ejercicios son un reto y permiten a los conductores probar maniobras muy diferentes a las que podrían hacer en la vía pública, como la de responder correctamente a la aparición repentina de un obstáculo o de una curva más cerrada de lo que parece. También cómo afrontar un eslalon o una chicana, cómo reaccionar a una pérdida de agarre en una superficie deslizante y cómo encontrar el trazado ideal. Al final se evalúan la técnica y el estilo. “Entonces, como ahora, nuestros objetivos han sido siempre entrenar para responder de la forma correcta en situaciones críticas, y familiarizar a los conductores con sus límites”, dice Krüger.
Mientras que los primeros cursos se basaban en el talento para improvisar de los monitores, hoy está todo claramente estructurado y organizado, y el contenido se transmite en un formato más compacto. Al mismo tiempo se hace un gran énfasis en el placer de conducción. Los cursos pueden durar entre uno y tres días, dependiendo de lo que elijan los clientes. “Ahora ofrecemos cursos para todo el mundo, desde principiantes a pilotos de competición. Esto no lo hacíamos hace 40 años, ni siquiera hace 20”, dice Krüger. Además de las sesiones clásicas de seguridad y competición en la pista, también se imparten cursos offroad y de invierno.
En comparación con los primeros tiempos, las exigencias de los participantes han cambiado. “Los clientes vienen aún con mayor interés y ambición”, dice Dreses, mientras Krüger asiente. “No quieren sólo conducir mejor y de manera más segura, también quieren entender cuándo y cómo hacen los autos lo que hacen”. Los profesionales son conscientes de las diferencias y virtudes de los vehículos Porsche, y proporcionan respuestas comprensibles a las preguntas de los alumnos.
Los cursos se centran en la seguridad, precisión, velocidad y en conducir con la vista puesta lejos. “Muchos conductores giran de forma demasiado brusca, son muy nerviosos. Su conducción mejora automáticamente cuando están tranquilos y serenos”, dice Dreses. Y cuando estás conduciendo bien y seguro, entonces te diviertes más. Como explica, “ésta es la razón por la que nuestros cursos ‘Precision y Performance’ comienzan centrándose en la frenada correcta y el control seguro del vehículo”.
Los conductores con aspiraciones de competir puede perfeccionar sus habilidades en cursos de maestros y, aquellos que hayan completado el ‘Training Master RS’, reciben la licencia A de la Federación Alemana de Automovilismo (German Racing Federation, DMSB). La gama de cursos incluye sesiones especiales de invierno en Finlandia, donde los participantes aprenden a conducir en hielo y nieve. “Para redefinir tus límites primero tienes que saber dónde están”, dice Dreses. Estos ejercicios son ideales para ello. “Nuestros clientes ya tienen los autos perfectos”, continúa Dreses, “por lo que nos centramos en usar estas herramientas de la mejor manera posible”.
Historia: Hitos en los 40 años de la Porsche Sport Driving School
1974:Se crea la Porsche Sport Driving School, con un primer taller en el circuito de Hockenheim (Alemania).
1977:Primeros cursos internacionales (Bélgica, Francia, Austria).
1986:Se añaden al programa talleres especiales de conducción para mujeres.
1990:Se hacen en Austria los primeros cursos de seguridad en nieve y hielo.
1996:Porsche ofrece cursos de invierno en Finlandia.
2002:Se añade al programa la pista de pruebas y entrenamiento de Porsche Leipzig.
2004:Lanzamiento de cursos especiales (por ejemplo, el drift ‘g-force’).
2005:Los alumnos pueden alquilar vehículos Porsche a la Sport Driving School.
2007:Se estandarizan las actividades internacionales y el nombre “Porsche Sport Driving School” se hace oficial.
2010:Se ofrecen los primeros cursos específicos para autos clásicos.
2012:Disponibilidad de cursos exclusivos, con instructores personales, para grupos pequeños.
2014:Porsche Sport Driving School celebra su cuadragésimo aniversario.