La reunión del Grupo de Estrategia celebrada esta semana en la ciudad de Ginebra se ha saldado con un consenso entre todos los actores responsables de la Fórmula 1: simplificar las normas deportivas para aumentar el espectáculo de los Grandes Premios. La extrema complejidad técnica instaurada al reglamento de los motores híbridos ha resultado absolutamente insostenible para satisfacer a los aficionados, quienes no han ocultado su descontento con el criterio incierto de los comisarios a la hora de valorar incidentes de carrera, llegando incluso a penalizar estrictamente algunas acciones concebidas a lo largo de la historia como simples incidentes de carrera.
El punto de inflexión se produjo en el pasado Gran Premio de México, cuando hasta tres pilotos distintos llegaron a ocupar la tercera posición según las decisiones que iba anunciando la FIA tras la conclusión de la carrera. Sebastian Vettel se subió al último cajón del podio una vez conocida la penalización a Max Verstappen, pero los comisarios otorgaron finalmente el resultado a Daniel Ricciardo tras sancionar al piloto de Ferrari por una polémica maniobra de defensa en frenada. El público contemplaba atónito los distintos criterios de la Federación en un amplio margen de más de tres horas, hasta el punto de que algunas personalidades cuestionaran la profesionalidad del organismo al dañar la reputación global de la Fórmula 1.
La necesidad de simplificar las pautas del reglamento estuvo a la orden del día en el encuentro del pasado miércoles, y es que lejos de tratarse de un simple trámite entre la FIA y la FOM para perfilar las mejoras del deporte, la reunión contó con algunos actores atípicos en este tipo de deliberaciones. Además de Chase Carey, quien acudió a su primer encuentro del Grupo de Estrategia como nuevo presidente del Formula One Group, estuvieron presentes los comisarios deportivos Paul Gutjahr y Garry Conelly para ilustrar su experiencia a la hora de aplicar el reglamento, según revela en exclusiva Auto Motor und Sport.
Las conversaciones se alargaron durante más de tres horas, pero el diagnóstico fue unánime: los pilotos deben recibir más libertad para luchar en pista a partir del 2017, de tal forma que será su habilidad al volante la que determine el resultado de la carrera sin atender las complejas pautas del reglamento actual. Esta circunstancia provocará un inminente cambio de perspectiva a la hora de fijar las normas para los próximos años, apostando por un código más simplificado que centre toda la importancia en el talento de los pilotos y sea accesible para el entendimiento de los aficionados.
«Una regla hace que empiece otra. Esto acaba inflando tanto las normas, que al final nadie logra comprenderlas. Necesitamos unas normas claras que no dejen margen para la interpretación», explica un dirigente anónimo presente en la reunión. Bernie Ecclestone resumió este sentir hace unos meses al confesar que las reglas «deberían estar escritas para que yo las entienda», escenificando así la desconexión de la Fórmula 1 actual con las exigencias del público.
Los comisarios apuntaron en este sentido que la cantidad extrema de artículos y apéndices en el reglamento actual otorga un amplio margen de interpretación de las normas, dividiendo la opinión entre los distintos integrantes de la FIA y generando así graves errores de criterio a la hora de analizar un incidente de carrera. Los cambios previstos para el futuro de la Fórmula 1 incluyen un manual más sencillo que respete la naturaleza competitiva del automovilismo y consiga satisfacer las demandas de los aficionados en busca de un espectáculo donde los pilotos se erijan como los grandes protagonistas sobre el asfalto.
La nueva filosofía de la Fórmula 1 apenas otorgará importancia a la FIA como organismo responsable de la acción en pista, de tal forma que el criterio de Dirección de Carrera se impondrá únicamente en el caso de que exista un incidente peligroso o antideportivo.Whiting será el encargado de deliberar si un movimiento vulnera la limpieza del deporte y, en caso afirmativo, los comisarios estudiarán posibles penalizaciones al piloto infractor. De esta forma, las decisiones deportivas ya no se basarán íntegramente en la esencia del reglamento, sino en los límites que marquen los pilotos junto a la Federación Internacional.
Frente al aumento de libertades que persigue la cúpula de la Fórmula 1, un amplio sector de pilotos no ha dudado en exigir más restricciones contra la agresividad de Max Verstappen, criticado duramente por su optimismo a la hora de ejercer maniobras de adelantamiento. De hecho, la FIA introdujo en el pasado Gran Premio de Estados Unidos una nueva norma que prohibía explícitamente cualquier movimiento del monoplaza en frenada para defender la posición, lo cual fue calificado entre algunos sectores como una respuesta ‘anti-Verstappen’por su evidente intencionalidad contra el cuestionado estilo del holandés.
El creciente proteccionismo de los pilotos ante Verstappen ha desatado reacciones de complacencia entre algunas voces del paddock como Jacques Villenueve, si bien otras como Niki Lauda no dudan en apoyar la nueva perspectiva de la FIA en busca de más espectáculo. «Los pilotos deberían luchar en pista, como hacíamos nosotros hace cuarenta años. En esa época, el deporte era 1.000 veces más peligroso. No teníamos reglas y nos adaptábamos a unas normas no escritas. Para mí, la mejor declaración vino de Alonso al término del Gran Premio de Brasil. Le amenazó a Vettel con golpearle si se sigue comportando igual en la próxima ocasión».
Además de otorgar un carácter más natural a las decisiones, la FIA pretende que el nuevo método de actuación obligue a anunciar los resultados oficiales el mismo día de la carrera. Esta novedad evitaría que los equipos emprendieran alegaciones al criterio de los comisarios en la semana posterior al Gran Premio, tal y como ocurrió con el equipo Ferrari tras la sanción a Vettel en México. «Fue una reunión constructiva», rezaba el comunicado oficial, haciendo referencia al punto de encuentro que afianzaron todos los actores responsables del deporte.
Por otro lado, también se esperan modificaciones más transparentes en los límites de la pista, otro apartado altamente vulnerado por la extrema complejidad del reglamento. La FIA introdujo medidas restrictivas en el Gran Premio de Hungría para impedir que los pilotos ganaran tiempo al ignorar los márgenes delimitados por los pianos, si bien las críticas de los equipos y el descontento popular motivaron una relajación de las normas para la siguiente cita de Alemania. La inestabilidad imperante en este ámbito del reglamento tampoco convence a los comisarios, quienes habrían exigido una «solución» para consensuar los límites del asfalto e introducir sistemas electrónicos que detecten automáticamente cualquier conducta antideportiva.
Fuente: www.laf1.es SOY MOTOR