Joffre Yazbek Jr está bien, pero sus padres por seguridad lo ingresaron a una clínica en Ambato para un chequeo médico minucioso. Con seguridad será dado de alta este jueves. Su copiloto, David Rojas, se encuentra bien y no hubo necesidad de ingresarlo al sanatorio.
La mañana de este miércoles 25 de noviembre, en los páramos de Mulacorral y Tiliví, provincia de Tungurahua, mientras se cumplía la primera especial de velocidad de las cuatro programadas de la Vuelta al Ecuador, estos dos jóvenes automovilistas cayeron con su Can Am Maverick X3 a un abismo de 300 metros.
En una curva, a menos de un kilómetro para la meta, el vehículo hizo un extraño, las dos llantas del lado derecho se levantaron del pavimento y ante el pánico del público que se encontraba en el lugar, el Can Am se volcó y desapareció en la peña.
Cuando la gente se acercó al despeñadero, la máquina y los dos pilotos desaparecieron en la inmensidad de la vegetación. Algunos aficionados, sin meditar el peligro que corrían, descendieron por el acantilado y tras varios minutos de búsqueda lograron asistir a los accidentados y sacarlos a la vía. Se demoraron más de media hora.
“Prácticamente vi la muerte”, dijo Junior Yazbek luego que fue examinado por los paramédicos que acompañan a la caravana de la Vuelta al Ecuador.
“Fue horrible, no deseo que esto le pase a nadie. Por un momento me quedé dormido y cuando abrí los ojos, el auto seguía dando vueltas”, exclamó el deportista un poco repuesto de los fuertes y múltiples golpes.
Su madre, Fanny García, llegó al sitió del siniestro y pudo darse cuenta de lo fuerte que fue la caída de su hijo. «Nos dijeron que no era grave, que todo estaba bien. Gracias a Dios, mi hijo y su amigo están bien», dijo la señora con lágrimas en sus ojos.
En esta Vuelta participaban el papá Joffre Yazbek Apolo y el Junior. Hasta este miércoles iban bien. El papá, líder en la categoría T4 a bordo de un Honda Civic y el Junior, líder en la categoría UTV-T, y segundo en la clasificación general, detrás de Alfonso Quirola.
“Cuando me enteré lo que le había pasado a la tripulación de mi hijo me desconcentré totalmente”, dijo don Joffre, quien continuó en competencia solo sabiendo que su hijo y David Rojas estaban fuera de peligro.
Don Joffre contó a ACELERANDO que duró más de cinco horas sacar al Can Am del abismo. Los operadores de las winchas tuvieron que utilizar máquinas especiales para rescatar el vehículo que se encontraba a 290 metros de profundidad.
“El auto no sirve, está totalmente inversivible”, dijo.
Don Joffre continuará en la Vuelta, cuya quinta etapa se realizará este jueves 25 en Cotopaxi. El viernes 26 habrá descanso y finalizará el sábado 27 con la sexta etapa entre Imbabura y Pichincha.