Las llantas se han convertido en uno de los elementos favoritos de los ladrones de coches. En Ford, conscientes de ello, han desarrollado unas turcas impresas en 3D que buscan ponérselo un poco más difícil a los amigos de lo ajeno.
Parece increíble, pero estas tuercas desarrolladas en colaboración con el especialista en impresión 3D EOS, cuentan con unas hendiduras desarrolladas a partir de las ondas sonoras que emite la voz del conductor, de modo que cada juego es único.
¿Cómo es posible? Muy sencillo, para desarrollarlas un grupo de ingenieros de la firma norteamericana ha grabado un fragmento de la voz del conductor mientras dice cualquier una frase del estilo «conduzco un coche Ford» y, tras procesar las ondas sonoras con un software, las convierte en un patrón circular con una serie de muescas que dan como resultado una tuerca antirrobo.
Obviamente, el hecho de que cada tuerca tenga un diseño exclusivo -puede estar basado en un logotipo, una silueta de un circuito e, incluso unas iniciales-, implica que cada llave para aflojarlas también lo tenga: así las cosas, ambos componentes se fabrican de forma conjunta, mediante un proceso de impresión 3D que utiliza una solución de ácido y acero inoxidable anticorrosivo. Al final, ambas piezas se separan y tras mínimos ajustes, estarían listas para el uso.
Una de las ventajas de este sistema es que cada pieza es única, algo que dificulta enormemente la realización de copias de la llave o de la tuerca. Las muescas distribuidas de forma irregular y ensanchadas a medida que resultan más profundas, evitan que cualquier ladrón pueda realizar copias, puesto que aunque consiguiera fabricar un molde, este rompería al desmoldarlo.
De acuerdo con Raphael Coch, ingeniero de investigación de materiales y procesos avanzados de Ford Europa, «para un conductor, una de las peores experiencias es encontrarse su vehículo estacionado sin las cuatro ruedas. Gracias a la unicidad de los sistemas de tuercas de seguridad de Ford, los ladrones no podrán robarlas. Reforzar la seguridad de las ruedas y ofrecer un mayor grado de personalización son solo dos ejemplos que demuestran el potencial de la tecnología 3D aplicada a la producción de coches».