El joven y exitoso preparador de autos, Manuel Antonio Salinas, conversó en exclusiva con ACELERANDO sobre su más reciente proyecto: el auto de rally Mitsubishi Mirage Proto, que debutó con victoria en la categoría general del Rally de Cotopaxi. Todos los pormenores del proceso de armado de este vehículo te los contamos en la siguiente entrevista, disponible en la edición 98 de ACELERANDO.
¿Cómo y cuándo nació la idea de armar un auto de rally?
Los autos de rally no son algo nuevo para nuestro equipo de trabajo. En 2014 logramos un campeonato nacional y hemos preparado autos para las categorías T1, T2 ,T3 y T4. Pero esta es la primera vez que preparamos por completo un auto de la modalidad con el objetivo de que compita por la general.
La idea nació después de que Rodrigo Paredes vendiera el auto que le preparamos para la T3 con la proyección de subir de categoría.
¿Cuáles fueron los primeros pasos?
El primero fue decidir hacia dónde dirigir el objetivo de Rodrigo para tener un auto que compita por la clasificación general. Analizamos a fondo el reglamento técnico y encontramos las pautas para lanzarnos hacia una plataforma en la que tengamos conocimiento y experiencia. Además, nuestro plan era encontrar el equilibrio entre un auto competitivo y económicamente sostenible para la realidad del automovilismo nacional.
A partir de ahí, el plan fue replicar, a nuestra manera, el gran trabajo que ha venido realizando el equipo de Alfonso Quirola con los protos.
¿Por qué escogieron el chasis Mirage?
Ya con un objetivo claro, evitamos el largo y arduo trabajo de desarrollar un chasis. Ya construimos autos de estructura tubular para circuito y conocíamos las dificultades que esto implica. Así que optamos por contactar a una de las compañías más importantes de Europa en hacer este tipo de plataformas.
La fábrica Dytko Sport, con sede en Polonia, se dedica a la construcción de Proto Cars y decidimos que fueran ellos los que cumplieran con los requerimientos de nuestro reglamento. Básicamente es un compacto de Evo X con caparazón de otro vehículo más pequeño y con una jaula de seguridad con homologación FIA. Entre las varias opciones de la fábrica, el que más nos llamó la atención en ese momento fue el nuevo Mitsubishi Mirage, tanto por la marca como por su atractivo diseño.
¿El resto de los componentes?
Varios componentes como el motor, transmisión y puentes son del Mitsubishi Lancer Evolution X y partes como la suspensión, caja de cambios, frenos y computadoras son importadas desde diferentes partes del mundo.
Las marcas y tipo de piezas que usamos fueron elegidas con la finalidad de lograr el mejor desempeño posible, pero en concordancia con las limitaciones del reglamento nacional.
¿Cuánto tiempo invirtió para armar el auto?
En el proyecto total tardamos alrededor de un año desde su planificación. Pero fueron seis meses que trabajamos en el taller hasta el día en que empezamos a probar el auto en la ruta.
¿Cuáles fueron las primeras pruebas?
Las primeras fueron en nuestro banco dinamométrico: veinte horas de motor antes de que saliéramos a dar las primeras vueltas por la cuadra y sentir la aceleración del auto. Posterior a esto, fuimos a calibrar la computadora hasta 4.200 metros de altura para después bajar hasta el nivel del mar.
Concluido todo el rango de alturas posibles, empezamos a trabajar en el seteo del chasis y frenos.
¿Por qué eligieron a Juan Guerrero como piloto de prueba?
Juan Gerardo Guerrero es públicamente reconocido no solo por su extraordinaria habilidadad tras el volante, sino por su amplio conocimiento técnico a la hora de la puesta a punto de un auto de rally.
Así que el reto no era encontrar a un experto que nos ayude en esta parte del proceso, sino que Juan Gerardo se una al proyecto.
¿Fue consciente que el auto podía estar en el podio?
Las probabilidades de que un auto debutante gane son realmente escasas. Nuestro objetivo siempre fue realista: llevar un carro competitivo y finalizar la competencia. Eso nos motivaría y alimentaría de información para su desarrollo y mejoramiento hasta conseguir un auto de punta.
Realizamos pruebas muy duras con varios tropiezos, pero después de cada corrección el auto nos empezaba a llenar de confianza y fue por eso que Juan y Rodrigo tomaron la decisión final de ir a competir.
La incertidumbre no sólo del equipo sino de toda la afición tuerca, pendiente del proyecto, duró hasta que se terminó el primer tramo de clasificación. Logramos ponernos por delante de los equipos más importantes y poderosos del rally nacional y a partir de ahí nació la ilusión de poder llegar al podio.
La entrevista completa la encontrarás en la edición 98 de ACELERANDO, ya en circulación.