La falta de lubricación en los vehículos puede dañar el motor y causar graves complicaciones en sus diferentes funcionalidades. Sin embargo, los lubricantes suelen ser tomados como una sustancia sin mayor importancia en el día a día, cuando cumplen funciones determinantes para mantener los sistemas en correcto funcionamiento.
“El lubricante de motor es un fluído vital para el vehículo, ya que favorece su correcto funcionamiento y permite que las piezas mecánicas no se dañen entre sí. Esta sustancia limpia los conductos del motor, mantiene su temperatura adecuada, evita el desgaste de las piezas y evita daños al arrancar el vehículo“, explica Carlos Tapia, Subgerente Nacional de Servicio de Teojama Comercial.
Por esta razón es importante identificar a tiempo las señales que indican que es hora de lubricar alguna parte o partes del automotor. A continuación Teojama Comercial, comparte una guía al respecto:
Sobre las señales que indican la necesidad de cambiar el lubricante:
Ruidos: Esta es una de las señales más comunes. Si se presenta algún ruido repetitivo, al arrancar el vehículo o que esté fuera de lo normal, generalmente indica que existe algún desgaste. En estos casos el cambio debe hacerse lo más pronto posible, junto con la inspección del componente, para evitar graves daños y mantenimientos correctivos.
Olores: El olor a quemado especialmente indica que el componente está perdiendo sus propiedades y no cumple los estándares de lubricación. Ante esta señal se recomienda acudir a un centro de mantenimiento especializado para evaluar y posiblemente cambiar el lubricante.
Humo: La emanación de humo por el tubo de escape es una importante señal de cambio de lubricante. Éste suele ser de color azul y se produce ante un desgaste excesivo de los componentes, especialmente en el motor.
Luces de advertencia: Uno de estos indicativos de alta importancia para las funcionalidades del vehículo es el de baja presión de aceite del motor; en caso de presentarse es imprescindible revisar si se cuenta con la cantidad y condiciones adecuadas de este componente.
Sobre las partes que necesitan lubricante:
Al contrario de lo que se cree, el motor no es la única parte del vehículo que requiere lubricante.
Caja de cambios: También llamada transmisión, internamente cuenta con un conjunto de engranajes que necesitan lubricante, encargados de generar los diferentes rangos de velocidad, para que el vehículo pueda desplazarse en base a las revoluciones y el cambio seleccionada.
Diferencial: Es un dispositivo que permite que las ruedas motrices o de tracción giren a distintas velocidades, al momento de curvar para evitar desgaste en los neumáticos y también requieren de este componente.
Rodamientos de ruedas: Son los encargados de soportar el peso del vehículo, de igual manera permiten el giro de los neumáticos con la menor fricción posible por lo cual requieren lubricante. Además absorben las fuerzas axiales y radiales de las ruedas.
Pines de suspensión: Soporte de los muelles ó también llamadas hojas de suspensión desde el chasis hacia los ejes delantero y posterior. Son los encargados de almacenar y absorber la energía del vehículo, de igual forma requieren lubricante,
Eje Cardán: Este sistema mecánico sirve para transmitir el movimiento de rotación de la caja de cambios hacia las ruedas; de igual forma debe lubricarse para garantizar su funcionalidad.
5ta rueda para los cabezales de camiones: Es un elemento de acople o enganche que une un tráiler al tracto camión, su correcta lubricación garantiza su funcionalidad.
Sobre la frecuencia de cambio:
Este tipo de mantenimiento es una guía general de lo que se debería revisar en cada vehículo antes de acudir a la revisión.
La revisión diaria permite verificar el nivel de lubricante en los componentes más relevantes. En el tablero de control, el aceite deberá encontrarse entre el rango máximo y mínimo, allí no requiere cambio. Por otro lado, si la medida se encuentra en el límite inferior se deberá realizar un cambio.
En la mayoría de los vehículos se recomienda cambiar el lubricante cada 10 mil kilómetros, pero esto puede variar de modelo a modelo, por lo cual es necesario consultar el manual del fabricante.
El estado del lubricante se puede medir mediante un análisis en el laboratorio que determina el nivel de contaminación, viscosidad, materiales, etc.
Lo más recomendable es cumplir con los intervalos de cambios recomendados por el distribuidor; ya que estos han pasado por diferentes estudios para mantener las cualidades de los lubricantes dentro de esos intervalos. Esta es la forma más segura y simple de saber que el fluido se encuentra en buen estado.
Sobre su importancia en la emisión de gases:
La función del aceite dentro del motor es vital ya que actúa como detergente, atrapando moléculas de carbonilla y residuos de combustión. De esta manera, la combustión será más limpia, generando menos emisiones de gases.
Un aceite en buen estado disminuye la fricción interna del motor, reduciendo la resistencia al movimiento, generando un menor consumo de combustible.