Tesla se ha visto obligada a parar temporalmente la construcción de su fábrica en Berlín. La primera Gigafactory en Europa fue anunciada el pasado mes de noviembre y durante estas últimas semanas dio comienzo la construcción de la misma al este de la capital alemana, en el bosque de Gruenheide. Sin embargo, por preocupaciones medioambientales, han tenido que frenar la construcción temporalmente.
La compañía de automóviles ha pausado la construcción por petición de las autoridades. Esto se debe a las preocupaciones medioambientales por parte de un grupo de activistas locales que no ven del todo claro cuál puede ser el impacto en la vida silvestre y el suministro de agua en la zona si la fábrica se construye. Uno de los primeros pasos para la construcción era precisamente talar 91 hectáreas de bosque para despejar el área.
Cabe destacar que si bien la construcción de la Gigafactory comenzó tras el anuncio, Tesla aún no tiene los permisos oficiales de planificación para la fábrica. El ministerio de Medio Ambiente alemán sin embargo sí que le permitió a la empresa comenzar a preparar el terreno bajo su propio riesgo, según explica BBC. Este riesgo ha significado que ahora tengan que frenar el proyecto hasta que se resuelvan las cosas.
En esencia, las autoridades le han pedido a Tesla que cesara la tala de árboles en el bosque hasta que se consideren las objeciones del grupo activista. Se espera que estas objeciones sean escuchadas durante esta semana y se hagan nuevas audiencias.
Impacto negativo vs. impacto positivo de una Gigafactory
La idea de Tesla es abrir la Gigafactory número 4 en 2021 con la posibilidad de producir medio millón de coches al año y dar trabajo a unas 12.000 personas. Pero para eso primero deben construir la fábrica y antes incluso deben despejar todo el área, unas 90 hectáreas de las 300 hectáreas que el fabricante de automóviles compró.
Ante el impacto medioambiental que la construcción de esta fábrica pudiese tener, Elon Musk afirmó que la Gigafactory no consumirá tanta agua como se cree. Por otra parte, explicó que lo que están talando es un bosque plantado por una antigua fábrica de cartón y no un bosque natural. Finalmente también dejó caer que el impacto positivo que tendrían todos los coches eléctricos que saliesen de la fábrica serían mayores que el impacto negativo de la construcción de la fábrica.
Desde luego la construcción no está siendo tan fácil como parecía en un primero momento. Además de los problemas medioambientales a los que se enfrenta, los constructores indicaron en enero que se encontraron hasta siete bombas de la Segunda Guerra Mundial enterradas en el terreno.