El símbolo de Marc Márquez es la hormiga, se identifica con ella por su fuerza respecto a su tamaño. Y eso parecía el ilerdense entre la marea amarilla que invadió, como siempre, la pista de Misano. Pero la hormiguita se había agigantado. Y gritaba más que una ballena azul, el animal más ruidoso del mundo. No en vano acababa de tomarse una ‘vendetta’ de lo más dulce: ganar en casa de su eterno enemigo, en la última vuelta -después de dos derrotas seguidas así- y tras una polémica acción en los entrenamientos que revivió los piques con Valentino Rossi, el ídolo único de una zona y un país que se resiste a ver su ocaso, que cada año se ilusiona con un décimo título o, al menos, con un triunfo ante sus llamativos fans.
Pitada en el podio, gestos de rabia de Marc
Los gritos y bocinas en el box del Repsol Honda, y en el corralito, contrastaban con la pitada de los tifosi que contemplaban el podio. Marc replicaba con gestos de rabia, pero respetuosos, de celebración. «No le doy importancia. Es dar titulares donde no toca, dar voz a gente que no merece la pena. Hoy se ha visto que el espectáculo de motociclismo es lo mejor que hay. Y por lo que se viene a un circuito, para disfrutar de adelantamientos, de carreras al límite, de carreras de decisiones a la última curva», respondía.
Porque Márquez quiso dejar claro que su lance en los entrenamientos con Rossi le espoleó. «Había ganas de celebrar una victoria. Se van acumulando cosas. Soy humano y por mucho que el equipo me calme, que si el campeonato, que sí, que no, que tranquilo, que ya llegará el tiempo de atacar, pero después de perder dos carreras en la última curva, que, lo reconocí, no es la mejor manera, pero lo había probado. Hoy lo he vuelto a probar y esta vez sí que ha salido bien. Honestamente hablando, ayer me dieron un empujón, un extra de motivación y la mejor manera de hablar es en pista», soltó. Vamos, que estaba iluminado por el amarillo.
Rossi responde a la ‘dedicatoria’ del 93
El Doctor, que sólo pudo ser cuarto -y tercera Yamaha-, no dejó pasar la ocasión de lanzar su dardo: «Yo no necesito pelearme con otros para tener una motivación extra. Yo estaba igual».
El adversario del catalán fue Quartararo y no Viñales, que se quejó de problemas de agarre. «Ha sido el mejor día de mi vida, mi mejor carrera», admitía Fabio. «Fue quien mejor pilotó», le alababa Marc, que iba más allá. «He visto que está preparado para ganar carreras, para liderar una carrera con un tío que está a medio segundo toda la carrera y sin cometer un error. Esto significa que el talento lo tiene, la velocidad, la tiene en entrenamientos y carrera. De aquí a final de año, intentaré que no, pero creo que ganará alguna carrera y el año que viene será uno de los rivales para el Mundial», añadía.
Valentino califica a Quartararo, como «el que mejor pilota»
Rossi, por supuesto, tenía otra visión. «Me parece que, más que otra cosa, Márquez estaba muy contento porque ha batido a Quartararo, que sabe que será un gran adversario para él en los próximos años, más que quedar por delante de mí, por más que no nos parezcamos muy simpáticos. Él sabe que este va fuerte, tiene seis o siete años menos que él, hoy ha sido una batalla dura, porque Quartararo fue fortísimo de principio a fin, con lo que creo que por eso estaba tan contento. Creo que, probablemente, Quartararo está pilotando mejor que nadie, con lo que enhorabuena a él», soltaba.
Pero en el futuro más cercano, el octavo título de Márquez está ya casi en sus manos. Si gana en Aragón y Tailandia, será suyo. Con ser noveno en MotorLand ya tendrá opciones en Buriram. Con siete puntos más que Dovi en estas dos carreras, será campeón. «Una de las cosas que aprendí en 2014 es a no tener prisa. En 2014 tuve prisa en ser campeón en Aragón y fallé en Misano y Aragón. Lo importante es no tener prisa y seguir con esta regularidad que tenemos en acabar en el podio todas las carreras», afirmaba. Claro que tampoco en Misano estaba obligado a ganar y lo hizo.
Márquez prefiere ir a lo suyo. Vacunado de la fiebre amarilla, suma y sigue. «Esto lo tengo asumido, que la batalla en los micrófonos está perdida, pero, a mí, la batalla que me interesa más es en carrera y es ahí donde doy mi cien por cien. No entro ya en polémicas porque mi batalla es otra completamente y es el Mundial», decía el leridano, con 93 puntos de renta y sabedor de que, a día de hoy, es hombre fuerte de MotoGP. Hasta Rossi admite eso.
Fuente: www.marca.com/motor