Tasmania tiene mucho de que presumir. Más pequeño que Irlanda pero más grande que Suiza, el estado insular australiano es tan espectacular como ambos, gracias en parte a la red de carreteras que atraviesa su interminable paisaje natural. Personas como Mark Webber, con gusto por la conducción, aseguran que son carreteras hechas para vehículos deportivos. “El camino es como una cinta que atraviesa estas hermosas colinas”, dijo mientras negociaba una curva en el ciento por ciento eléctrico Porsche Taycan 4 Cross Turismo. “Y lo mejor es que apenas hay tráfico”.
Es un paraíso para los conductores. La topografía sinuosa de Tasmania es el lienzo perfecto para esta mezcla heterogénea de curvas, algo a lo que, sin duda, le saca partido el actual embajador de Porsche y ganador del Campeonato Mundial de Resistencia (WEC) de la FIA en 2015.
“En un auto eléctrico tienes disponible el par motor de forma instantánea, por lo que la aceleración es sensacional”, dijo Webber. “Y el Taycan, además, no compromete el confort sino todo lo contrario, tanto en viajes largos como en recorridos cortos”.
El piloto australiano conoce a la perfección este lugar. Durante más de diez años, Tasmania fue el escenario en el que era disputado el Mark Webber Challenge a lo largo de varios días, todo un desafío para auténticos atletas. Esta agotadora prueba, en la que los participantes se enfrentaban al accidentado terreno de Tasmania, consiguió recaudar más de dos millones de dólares australianos con fines benéficos y atrajo a deportistas de todo el mundo. El evento se convirtió en símbolo del impulso, la fuerza y la resistencia de la que Webber hace gala a través de su apodo ‘Aussie Grit’ (‘Australiano Corajudo’). Es esta mezcla de valores la que sustenta la exitosa carrera del piloto, en la que logró nueve victorias en carreras de Fórmula 1 y un título de campeón del WEC.
Si hay una zona de Tasmania donde los conductores necesitan especial arrojo, es Jacob’s Ladder, una de las carreteras favoritas de Webber. No solo porque es un lugar pintoresco, sino también porque es un desafío tanto para los vehículos como para quienes se sitúan tras el volante. Ubicada en la zona norte de la isla, en el Parque Nacional Ben Lomond, está formada por varias horquillas que discurren entre colinas de terreno rocoso irregular. Es una suerte de Paso Stelvio en una montaña de estalagmitas.
“Disfruto mucho conduciendo aquí”, dijo Webber con una sonrisa de complicidad. “Guarda algunas similitudes con Montecarlo e incluso con el circuito de Macao por sus curvas muy cerradas. Tiene un cierto aire europeo, pero está en Australia”. El Taycan 4 Cross Turismo se mueve por esta carretera con total soltura. Sus 476 CV (350 kW) de potencia y 500 Nm de par permiten ascender como si no hubiera pendiente, sin esfuerzo alguno.
“Está hecho para eso. Y la exclusiva transmisión de dos velocidades proporciona una aceleración increíble”. Webber sabe que su ADN está impreso, en parte, en el del vehículo que conduce.
“Estuve involucrado en el desarrollo inicial del Taycan hace algunos años”, dijo con gran orgullo. “Fue fascinante ver el enfoque de los ingenieros del mejor fabricante de autos deportivos del mundo aplicado a este auto tan especial”.
Se apresura a definirlo como “auto deportivo” cuando hace esta afirmación.
“A la hora de acelerar al máximo de manera continua, lo que el Taycan puede hacer es extraordinario”, dijo.
Y luego está la flexibilidad que ofrece, incluida su autonomía de hasta 456 kilómetros (según el ciclo WLTP) con una sola carga de batería.
“Me encanta el Taycan Cross Turismo porque me gustan las actividades al aire libre”, dijo Webber. “Su generoso maletero y su mayor altura libre al suelo te permiten llegar a ciertos lugares donde otros autos no pueden”.
“Por eso, este modelo es genial para las carreteras de Tasmania y para acceder a los sitios de aventura que ofrece esta naturaleza salvaje especial. Conducir en un lugar como este te recuerda por qué debemos proteger nuestro medio ambiente para las generaciones futuras. El espíritu pionero de Porsche sitúa a la compañía en la búsqueda constante del camino para seguir siendo líder. Y aquí se incluyen las tecnologías sostenibles, entre ellas las de los motores eléctricos y los e-fuels con potencial de reducir las emisiones de CO2.
Con respecto a los sistemas de propulsión eléctricos, Porsche avanza a buen ritmo. Y en materia de combustibles sintéticos, Tasmania está jugando un papel importante en los planes de la compañía. Tras el acuerdo firmado con HIF Global LLC y, más concretamente, con la subsidiaria HIF Asia Pacific, se puso en marcha un plan para la fabricación de una planta de e-fuels en la isla australiana, a 30 kilómetros de Burnie.
Este centro de producción de combustible sintético hará una contribución significativa a los planes de protección climática de Porsche. Se espera que genere hasta 100 millones de litros de e-fuels neutrales en carbono por año, lo que reducirá las emisiones globales de CO₂ en aproximadamente 260 000 toneladas anuales, el equivalente a la descarbonización de 52 000 automóviles en la actualidad.
La fábrica también ha sido diseñada para ser neutra en emisiones, con el agua para la electrólisis extraída principalmente de biorresiduos.
“El uso de e-fuels podría ser una forma efectiva de reducir las emisiones de CO₂ de los automóviles de combustión existentes que circulan actualmente”, dijo Webber. “Y este es un factor importante para que los conductores hagan la transición a los vehículos eléctricos con el tiempo. Este enfoque va de la mano de la mentalidad de Porsche de ser un líder, y es especialmente importante en la próxima fase de nuestro camino hacia el futuro”.