Lo primero que llama la atención es su ‘cara’. De su frontal ya han desaparecido los chevrones propios de Citroën, para ser sustituidos por una imponente calandra en cuyo centro reina un logo de DS de considerable tamaño. Este llamativo frontal, atrayente y con mucho carácter, sí que parece tener más posibilidades de ser trasladado a la línea de montaje.
Entre otras cosas porque incluye unas ópticas que combinan los láser para las luces de carretera (disponibles a partir de los 60 km/h de velocidad) con las luces LED insertadas en todo el resto de la iluminación.
Estos faros son similares a los que acaban de ser presentados en la renovación de los DS3 y DS3 Cabrio. Los láser, añaden la especial característica de sus facetas móviles que recuerdan la herencia de la marca.